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El gobernador de Misuri (EE.UU.), Jay Nixon, declaró el estado de emergencia y ordenó un toque de queda en Ferguson a raíz de los disturbios desatados los últimos días en esta localidad, donde hace una semana un policía abatió a un joven afroamericano en circunstancias aún por aclarar.

'No se trata de silenciar a la gente de Ferguson, de esta región, sino de contener a los que están ahogando la voz de las personas con sus acciones', defendió Nixon.

'Luego del toque de queda esta comunidad se levantará con el sol para renovar su búsqueda de justicia', agregó el gobernador en una comparecencia en una iglesia local a la que acudieron ciudadanos de Ferguson que interrumpieron a las autoridades con reclamos de justicia y pidieron cargos criminales contra el policía.

Nixon indicó que ha hablado con el fiscal general, Eric Holder, y el Departamento de Justicia está reforzando la investigación sobre este caso, que desató las tensiones raciales en un municipio en el que dos tercios de la población es afroamericana.

'Esta es una prueba de si una comunidad puede romper el ciclo del miedo, la desconfianza y la violencia y sustituirlos por la paz, la fuerza y en última instancia la justicia', agregó el gobernador.

La tensión volvió a las calles de Ferguson con ataques a comercios y saqueos, después de que la Policía revelara el viernes el nombre del policía que disparó a Michael Brown, de 18 años, y difundiera un vídeo del joven afroamericano como supuesto sospechoso de un robo en una tienda poco antes de su muerte. Efe