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Cientos de desesperados aldeanos de Sri Lanka cavaban el jueves con las manos en el sitio donde un deslizamiento sepultó varias viviendas, desafiando las órdenes de la policía después de que un funcionario dijo que no había posibilidades de encontrar más sobrevivientes en una plantación de té.

Había reportes contradictorios sobre cuántas personas estaban desparecidas por el deslizamiento de tierra, el cual ocurrió el miércoles en la mañana en las colinas del centro de la nación isleña debido a las fuertes lluvias del monzón.

Mahinda Amarawira, ministro de Manejo de Desastres, dijo que la cifra de muertos en la plantación de té de Koslanda sería menor a 100. Sin embargo, el Centro de Atención de Desastres de Sri Lanka, supervisado por Amarawira, reportó 190 personas desaparecidas.

Mientras tanto, los aldeanos dijeron que el número de muertos podría superar fácilmente los 200.

'He visitado el lugar y por lo que vi no creo que habrá ningún sobreviviente', dijo Amarawira el jueves a The Associated Press.

Familiares frustrados que habían estado observando la búsqueda desde un costado trataron de seguir a un político dentro del área de exploración, pero la policía los detuvo. Sin embargo, el político discutió con los agentes y llevó con él a los aldeanos, quienes se unieron a cientos de soldados en la búsqueda de sobrevivientes a través del lodo.

El presidente Mahinda Rajapaksa visitó el jueves la zona de desastre y habló con residentes refugiados en escuelas y templos. Según su sitio en internet, Rajapaksa ordenó acelerar las operaciones de rescate y de ayuda a víctimas.

Amarawira dijo que el gobierno solicitó a la Autoridad Nacional de Protección Infantil que se encargue de los niños que quedaron huérfanos debido al desastre.

Muchos niños habían salido a la escuela antes del deslave y regresaron sólo para ver sus viviendas sepultadas junto con sus padres. Un ministro de gobierno señaló al Parlamento que han encontrado 75 huérfanos.

'El gobierno se hará cargo de ellos por completo; no los entregaremos a nadie que no sea de la familia cercana porque podrían ser enviados a realizar trabajo infantil', agregó.

Un chofer de camión de 48 años que sólo dijo llamarse Rajá indicó que perdió a los cinco miembros de su casa: su esposa, dos hijos, su nuera y a su nieto de seis meses.

'Salí a trabajar en la madrugada y recibí una llamada diciéndome que volviera a toda prisa', afirmó Rajá llorando. 'Regresé y no había trazas de mi vivienda; todo el mundo estaba sepultado'.

En Washington, Jen Psaki, vocera del Departamento de Estado, dijo que Sri Lanka solicitó ayuda a Washington. Señaló que el departamento está trabajando con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional con el fin de responder rápidamente, pero no proporcionó detalles sobre qué tipo de ayuda daría.