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A la muerte del fiscal Alberto Nisman se sumaron nuevos interrogantes ayer con la declaración de un cerrajero que afirmó que una de las puertas del departamento de la víctima no estaba completamente cerrada y que podía ser abierta fácilmente.

El cerrajero dijo a un grupo de periodistas que cuando fue llamado a abrir la puerta de servicio de la residencia del fiscal constató que, aunque tenía la llave puesta por dentro de la cerradura, no se encontraba cerrada herméticamente.

'Había que girar un milímetro la llave, que normalmente se cae. La llave estaba puesta, simplemente la levanté, la empujé y con un gancho la abrimos... Si hubiera estado cerrado con llave tendría que haber agujereado la puerta', dijo.

El cerrajero, identificado en los medios argentinos solo con su primer nombre, Walter, ofreció sus declaraciones ante una nube de micrófonos de periodistas que lo esperaban a la salida de una sede de la Fiscalía, donde, aseguró, había ido a rendir una declaración en la investigación que se abrió por la muerte del fiscal.

Ante las insistentes preguntas de los periodistas Walter afirmó: 'si entró alguien o no, no lo sé'.

Nisman, de 51 años, había acusado la semana pasada a la presidenta Cristina Fernández de ser la autora intelectual de un plan para encubrir y desviar una investigación que pende sobre un grupo de iraníes, sospechosos de detonar una bomba en un centro comunitario judío en 1994 que mató a 85 personas y dejó a más de doscientas heridas.

La justicia también investiga una huella digital y una pisada encontradas por los investigadores en un pasadizo que comunica el departamento de Nisman con el de un vecino y donde se encuentra instalado el sistema de aire acondicionado del edificio, informó la agencia oficial de noticias Télam.

Los investigadores buscan determinar si alguien pudo ingresar a la vivienda del fiscal por esa puerta con el fin de asesinarlo. Nisman fue hallado el domingo con un disparo en la sien derecha, con una pistola calibre 22 y un casquillo de bala a su lado en el baño, adyacente a su dormitorio, y cuyas puertas no habían sido violentadas. AP