Los obuses empezaron a retirarse en la mayor ciudad en manos rebeldes del este de Ucrania, dirigiéndose hacia el interior del territorio controlado por los separatistas, aunque el gobierno ucraniano negó la afirmación rebelde de que se hubiera iniciado una retirada del armamento pesado.
El plan de paz alcanzado tras maratonianas negociaciones el 12 de febrero pretende establecer una amplia zona neutral entre la artillería de los separatistas y la de las fuerzas ucranianas, dentro de los esfuerzos por poner fin a un conflicto que ha dejado más de 5.800 muertos desde abril.
Las discrepancias sobre la retirada de armas se produjeron mientras se celebraban conversaciones en París sobre el frágil acuerdo de paz, entre los ministros de Exteriores de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia.
No fue posible confirmar de inmediato el anuncio realizado por Eduard Basurin, un destacado comandante rebelde, de que su bando había emprendido una retirada a gran escala del armamento pesado para cumplir con el acuerdo de paz. Un sitio web rebelde le citó diciendo que se replegarían 100 cañones de obús de 122 milímetros.
Michael Bociurkiw, portavoz de la misión de observadores que supervisa el conflicto en el este de Ucrania, dijo que no podría hacer comentarios sobre el tema hasta recibir los informes de los observadores al final del día. Por su parte, el ejército ucraniano rechazó las afirmaciones rebeldes y dijo que sus tropas no retirarían armas hasta que se cumpliera el alto el fuego.
Los rebeldes en la vecina ciudad rebelde de Luhansk también informaron de una retirada parcial, pero el portavoz del ejército ucraniano, el coronel Andiy Lysenko, dijo que no había movimientos entre sus filas.
Los rebeldes 'sólo están reagrupando sus pandillas y reubicando sus armas', dijo a la prensa. 'En cuanto haya un alto el fuego durante dos días, ésa es la señal para comenzar una retirada'.
Periodistas de Associated Press vieron una docena de cañones de obús avanzando desde la ciudad de Donetsk hacia la localidad de Jartsyk, unos 10 kilómetros al este de la línea de conflicto. Su destino final no estaba claro.
El plan de paz pide que se retiren las armas pesadas del frente en ambos bandos entre 25 y 70 kilómetros (de 15 a 45 millas), en función de su calibre.
El supuesto alto el fuego sufrió reiteradas violaciones. El martes, el teniente coronel Antaoliy Stelmaj, portavoz militar ucraniano, dijo que los rebeldes habían atacado la localidad de Popasna en siete ocasiones y lanzado una ronde de proyectiles contra el pueblo de Luhanske.
Stelmaj también dijo que los rebeldes habían intentado asaltar posiciones ucranianas cerca de Shyrokyne, un pueblo al sur del país que está cerca del estratégico puerto de Mariupol, en el mar de Azov.
Sigue preocupando que los rebeldes intenten tomar Mariupol para ayudar a establecer una conexión por tierra entre la Rusia continental y la península de Crimea, anexionada por Rusia en marzo.
Rusia niega las acusaciones de Ucrania y Occidente de que está proporcionando efectivos y equipos al bando rebelde con el posible objetivo de llegar a una guerra.
El presidente ruso Vladimir Putin, en una entrevista con la televisión estatal el lunes, dijo que 'ese escenario apocalíptico es casi imposible'.
Sin embargo, las autoridades occidentales y la OTAN insisten en que las imágenes por satélite muestran la presencia de equipo militar ruso en el este de Ucrania.