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El vuelo MH370 de Malaysia Airlines, que desapareció el 7 de marzo de 2014, no dejó rastro. Eso es lo que arrojan meses de búsqueda en el océano Índico, tiempo en el que no se han encontrado partes o restos de combustible que den un indicio de lo que le pudo ocurrir al aparato. Por eso este episodio ocupa el primer lugar de los grandes misterios de la aviación civil.

Pero hasta la búsqueda puede perderse. Así lo anunció el primer ministro australiano, Tony Abbott.

'Nuestra esperanza es que la búsqueda tendrá éxito, pero no puedo prometer que seguirá con esta intensidad', expresó Abbott en el Parlamento de Camberra frente a los familiares de los seis australianos que murieron en esta tragedia junto a otras 233 personas.

Australia coordina la búsqueda del avión de Malaysia Airlines en una vasta región del océano Índico debido a la proximidad de la zona donde supuestamente se estrelló el aparato, a unos 1.800 kilómetros al oeste de Perth.

Para la búsqueda han ido al fondo del mar con sonares y cámaras de videos, así como han mantenido en altamar los barcos Fugro Discovery y el Fugro Equator.

La búsqueda ha cubierto 26.000 kilómetros cuadrados. 'Es un rastreo muy costoso. Queremos saber que cuando lo hacemos, no dejemos nada por accidente porque nunca regresaremos allí para dar una segunda mirada', comentó Paul Kennedy, encargado de Fugro.

Las investigaciones oficiales apuntan a que el avión, que desapareció 40 minutos después de su despegue, giró hacia el sur y voló con todas las personas a bordo inconscientes por la falta de oxígeno hasta quedarse sin combustible y precipitarse contra el mar. Otros apuntan a que el piloto desvió el avión en una acción deliberada.