Un juez se negó a exonerar a una mujer de Alabama acusada de obligar a su nieta a correr hasta que se colapsó y murió como castigo por haberle mentido sobre un caramelo que se comió.
El juez Billy Ogletree, del tribunal de circuito del condado Etowah, falló a favor de la fiscalía después de que el estado terminó de presentar sus argumentos, y rechazó una moción para poner fin al juicio por homicidio contra Joyce Hardin Garrard, de 49 años, y por el cual podría recibir la pena de muerte.
La decisión despeja el camino para que los abogados de Garrard comiencen a llamar a testigos. Vecinos han declarado haber visto a Savannah Hardin, de 9 años, corriendo alrededor del jardín recogiendo palos y leña mientras Garrard le gritaba que no se detuviera, la tarde del 17 de febrero de 2012.
La evidencia mostró que Garrard dijo a algunas personas que la niña estaba castigada, pero también que ella misma quería correr. La defensa argumentó que las autoridades no pudieron demostrar que la mujer quería dañar a la menor, aunque la hubiera hecho correr.
Si Garrard realmente hubiera querido castigarla por una mentira, como aseveran las autoridades, no había razón para obligarla a correr hasta morir, dijo el abogado de la mujer Sam Bone.
'Disciplinar significa dar una lección. ¿Cómo le va a dar una lección si la mata?', dijo Bone al juez.
Pero el fiscal Marcus Reid declaró que los jurados tienen bastante evidencia para determinar que la mujer quiso dañar a la niña. Recordó al juez de evidencia que la abuela se la pasó gritando a la niña para que corriera incluso a pesar de que la menor estaba en el piso vomitando e implorando detenerse.
Un testigo declaró que un reporte médico indicaba que la menor estaba 'alerta y orientada' al llegar al hospital. La evidencia de que Savannah estuviera bien al llegar al centro médico podría afectar las aseveraciones de la fiscalía de que Garrard hizo correr a la niña hasta que se colapsó.