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Las autoridades de Somalia retomaron el sábado el control del hotel Maka Al-Mukarramah, más de 12 horas después de un ataque del grupo rebelde islámico Al Shabab que dejó por lo menos 24 personas muertas, incluso seis atacantes, en medio de un reguero de sangre y destrucción.

Al Shabab, un grupo extremista islámico vinculado con al Qaeda que ha lanzado muchos ataques en Somalia, se atribuyó el ataque al hotel, popular entre los funcionarios del gobierno y extranjeros.

Agentes especiales estaban apostados el sábado junto a tres cadáveres de los supuestos atacantes. El tiroteo cesó y los agentes de seguridad controlaban todo el edificio, dijo el capitán de policía Mohamed Hussein. Poco antes había dicho que los hombres armados al parecer ocupaban el tercer y cuarto pisos del hotel en la capital Mogadiscio.

'La operación ha terminado. Hemos tomado control total del hotel', afirmó Hussein.

Hussein agregó que las fuerzas de seguridad hallaron otros cuatro cadáveres en el hotel en las primeras horas del sábado, además de nueve el viernes. Otros cuatro murieron en el hospital al que fueron conducidos, según informó Duniya Mohamed, un médico en el hospital Madina de la capital. Hussein Ali, un funcionario del servicio de ambulancias de la ciudad, agregó que había 28 heridos.

Seis atacantes murieron, dijo Ridwan Abdiweli, vocero del gobierno somalí. Las autoridades exhibieron los cadáveres de tres de ellos pero no dijeron dónde estaban los otros.

El embajador somalí en Suiza y representante permanente ante la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra, Yusuf Bari-Bari, fue uno de los muertos en el ataque, dijo el presidente somalí Hassan Sheikh Mohamud.

Al Shabab controló buena parte de Mogadiscio entre 2007 y 2011, pero fue desplazado de la capital y otras ciudades por las fuerzas de la Unión Africana.

El ataque comenzó a eso de las 4 p.m. del viernes cuando un atacante suicida detonó su vehículo cargado de explosivos en el portón del hotel. Enseguida irrumpieron varios agresores armados.

Horas después, los milicianos estaban parapetados en corredores y dormitorios. Se oían disparos esporádicos pero al parecer las fuerzas de seguridad aguardaron hasta el alba antes de tratar de desalojar a los atacantes.