Cubanos progubernamentales y opositores impidieron con enfrentamientos verbales, cánticos y protestas la apertura de una de las más destacadas mesas de trabajo del foro de la sociedad civil previo a la Cumbre de mandatarios de las Américas, mientras también se registraron roces entre fracciones opuestas venezolanas.
Muchos activistas de otros países se retiraron descontentos y luego comenzaron a reunirse, junto a los disidentes, en otro sitio, dando lugar a lo largo de la jornada a dos mesas bajo la temática de 'participación ciudadana'.
'El foro no es Cuba, se está individualizando el foro, solo quieren ser Cuba y Venezuela. Está bien tienen sus problemas, pero tenemos que respetar este foro de sociedad civil', dijo el panameño Jeremías Castillo de una ONG que apoyó el evento y acusó a los isleños de 'vandalizar' el encuentro.
Abucheos y gritos de 'abajo los mercenarios', consignas de 'viva Fidel y Raúl', discursos encendidos de retórica revolucionaria se sucedieron durante más de dos horas en el salón Cristal del Hotel Panamá, donde se preveía que sesionara una sola mesa de trabajo sobre participación ciudadana y estaban presente más de un centenar de personas.
'No se va a instalar la mesa', gritó el activista cubano Enrique Alemán que asistió como representante de una ONG simpatizante de la revolución. 'El presidente panameño dijo que sin Cuba no hay foro', agregó. Mientras los integrantes el grupo se negaban a volver a la mesa, Alemán afirmó que la única sociedad civil representativa en la isla es la que expresa simpatía por el gobierno.
Un par de personas sin identificar se fueron a las manos y uniformados ingresaron varias veces a la sala para tratar de mantener el orden, constató AP.
Los cubanos de la delegación simpatizante del gobierno cubano protestaban porque algunas de sus credenciales no habían llegado y por la presencia de disidentes como la isleña residente en Miami, Rosa María Payá.
'Ha quedado claro que no quieren el diálogo, que no quieren conversar', dijo a la AP Payá, quien se envolvió en una bandera cubana.
Al final Payá y un grupo de unas ocho personas entre ellas la opositora Kirenia Núñez se retiraron de la sala y se fueron al otro recinto donde se encontraban unas 40 personas.
Activistas de otros países además de molestarse expresaron su decepción.
'Tuvimos dos horas de gritos, casi llegan a las manos...yo me quedé a pesar de que no estaba de acuerdo con lo que estaba pasando, quería que existiese la mesa y ahora ellos han hecho su reunión paralela que no tiene nada que ver con el mandato. No hay ningún aporte', dijo a la AP, Ramón Gelabert de la Fundación para la superación de la pobreza de Chile.
'Ellos sabían que iban a venir opositores. Me parece una pena para la sociedad civil cubana que hace cosas bien que podría aportar y romper un poco ese aislamiento que tienen', agregó Gelabert.
Un poco antes en la entrada del Hotel Panamá la esposa del opositor venezolano Leopoldo López, Lilian Tintori, se enfrentó con Yandry Velázquez, viuda de un hombre muerto en las 'guarimbas' o protestas antichavistas que terminaron en violencia en 2014.
'Mi esposo está muerto, el tuyo no', dijo Velázquez, cuando Tintori le dijo que ambas son 'víctimas' en Venezuela. Las dos mujeres lloraron y discutieron emotivamente frente a los periodistas.
El foro, que convocó a centenares de activistas de todos los sectores sociales de los países de América Latina se inició el miércoles y se espera que puedan elaborar sugerencias para los presidentes que se reunirán en Panamá el fin de semana y entre los cuales estará por primera vez en más de cinco décadas un mandatario cubano, Raúl Castro.
'Lo que no se ha podido impedir es que estemos bajo el mismo techo gente del gobierno y un puñado de nosotros, eso no tiene precedentes', dijo a la AP el opositor y activista de derechos humanos cubano, Elizardo Sánchez para quien el sistema interamericano reconoce a los disidentes, pero el gobierno de la isla no.
En Cuba los disidentes no tienen estatus de opositores y las autoridades los acusan de estar pagados por los grupos de interés en Estados Unidos decididos a derrocar a la revolución.
Una vocera del Departamento de Estado, Marie Harf, expresó en Washington su preocupación por los incidentes ocurridos la víspera en el foro social.
El miércoles cubanos simpatizantes de la revolución con banderas y cantando consignas también protestaron por la presencia de opositores invitados en el foro social y finalmente se retiraron del recinto inaugural pues no quisieron compartir 'el espacio' con disidentes a los cuales acusaron de no ser representantes legítimos de ningún sector en la isla, sino 'mercenarios' al servicio de los intereses de Estados Unidos en la isla.
Las seis comisiones de trabajo son: educación, salud, energía, migración, participación ciudadana y gobernabilidad.
El foro fue inaugurado el miércoles por el presidente panameño Juan Carlos Varela y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza. Además estuvo presente el ex mandatario estadounidense, Bill Clinton.