Rusia mostró nuevas máquinas de guerra, como un tanque de última generación, durante el desfile militar anual del Día de la Victoria que se efectuó este sábado en la Plaza Roja para conmemorar la rendición de la Alemania nazi y el papel crucial del Ejército Rojo en esa derrota.
El tanque Armata suscitó fuertes aplausos mientras se desplazaba haciendo ruido por la plaza dentro de una gran caravana de vehículos que iban desde ejemplares de la Segunda Guerra Mundial hasta los más modernos.
El Día de la Victoria es el feriado laico más importante del país, conmemora el enorme sufrimiento de la Unión Soviética durante el conflicto y destaca la imagen de Rusia como una fuerza para la paz y la seguridad.
El desfile militar de este año, en el 70 aniversario de la rendición alemana, fue el más grande desde el derrumbe de la Unión Soviética.
En su discurso ante contingentes de soldados y veteranos, el presidente Vladimir Putin dijo que la matanza sufrida en la guerra subraya la importancia de la cooperación internacional aunque 'en las últimas décadas hemos visto intentos de crear un mundo unipolar'.
Rusia suele criticar con estas frases el supuesto objetivo de Estados Unidos de dominar los asuntos mundiales.
Horas más tarde, unas 300.000 personas marcharon por el centro de Moscú hasta la Plaza Roja; muchos sostenían retratos de parientes que pelearon durante la Segunda Guerra Mundial.
Putin, que se les unió cuando se acercaban a la Plaza Roja, llevaba una fotografía de su padre que perteneció a la Marina.
Las celebraciones se vieron ensombrecidas por la ausencia casi total de gobernantes europeos. La canciller alemana Angela Merkel llegará este domingo a Moscú en una visita que incluirá un reconocimiento de los sacrificios realizados por el Ejército Rojo.
La indiferencia de los gobernantes del continente hacia el Día de la Victoria pone de relieve las tensiones entre Rusia y Occidente debido a la crisis en Ucrania.
A medida que hacen mella las sanciones que occidente impuso a Moscú por su implicación en el conflicto, Rusia parece distanciarse cada vez más de Europa y centrarse en el desarrollo de relaciones con China.
El presidente chino Xi Jinping fue el gobernante más prominente que asistió al desfile, y Putin destacó en su discurso la participación de China en la guerra. Putin dijo que al igual que la Unión Soviética, China 'perdió muchos millones de personas' durante el conflicto.