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El papa Francisco afirmó ayer ante los movimientos sociales en Santa Cruz, en su segundo día de su visita a Bolivia, 'que ha llegado el momento de un cambio' ante un 'sistema que ya no se aguanta'.

'Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco', sentenció.

Y aclaró que su discurso era sobre 'los problemas comunes de todos los latinoamericanos y, en general, de toda la humanidad'.

'¿Reconocemos que las cosas no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas familias sin techo, tantos trabajadores sin derechos, tantas personas heridas en su dignidad?', se interrogó el papa.

Entonces, clamó: '¡Digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio!'.

El papa indicó que 'muchos esperan un cambio que los libere de esa tristeza individualista que esclaviza'.

En el discurso más largo que ha pronunciado desde que llegó a Latinoamérica, exhortó a los movimientos a no pelearse entre ellos porque parece que 'el tiempo se está acabando'. Incluso bromeó sobre la larga alocución al decir: 'el cura habla largo' y pidió agua.

'Se está castigando a la tierra, a los pueblos y las personas de un modo casi salvaje. Y detrás de tanto dolor, tanta muerte y destrucción, se huele el tufo de eso que Basilio de Cesarea llamaba ‘el estiércol del diablo’', señaló.

Criticó cuando el dinero se convierte en ídolo y 'dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo'.

Y entonces exhortó a cada 'cartonero, catadora, pepenador, recicladora' a todos los movimientos populares a movilizarse porque 'pueden hacer mucho' para cambiar el mundo. Efe