La carrera política de Otto Pérez Molina estuvo llena de claroscuros. Desde la luz de ser el responsable de la captura del narcotraficante mexicano Joaquín 'El Chapo' Guzmán, hasta las sombras que lo cubren por acusaciones sobre supuestos abusos durante la guerra civil guatemalteca. Con los primeros minutos del jueves, esa trayectoria tomó un nuevo rumbo.
Despojado de su inmunidad, con una orden de aprehensión en su contra y un juicio por fraude y corrupción en la cara, Pérez Molina, de 64 años, renunció a la presidencia de Guatemala luego de semanas de protestas multitudinarias. Así se retira de la vida política una de las figuras que ha generado las más encontradas posturas en todo Centroamérica.
Alegría produjo entre la gente la decisión del congreso de quitarle la inmunidad a Otto Pérez Molina.
Antes de llegar al poder en un segundo intento electoral, Pérez Molina, originario de la Ciudad de Guatemala, ascendió rápidamente en la escala militar guatemalteca desde su inicio en 1966, cuatro años antes de casarse con su esposa, Rosa Leal, con quien tuvo dos hijos.
El hombre de la paz
En el Colegio Interamericano de Defensa con sede en Washington realizó estudios superiores de defensa continental. Para 1982 Pérez Molina era una figura fundamental en la transición a la democracia de Guatemala al facilitar el relevo del general Efraín Ríos Montt, quien finalmente promulgó la constitución de 1985. Se autoproclamó el general de la paz por su participación en el proceso de paz guatemalteco como delegado del ejército.
Sin embargo, ese periodo también marcó uno de los capítulos más oscuros en la historia de Guatemala y de Pérez Molina en particular: la masacre maya en la región del Triángulo Ixil por la que el entonces oficial del ejército ha sido acusado, en especial por la ganadora del Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.
'Es mentira y no voy a hacer comentario sobre las mentiras que están diciendo', dijo a la prensa Pérez Molina en 2013 durante el juicio contra el exdictador Ríos Montt. 'No me voy a prestar a ese circo', agregó quien era conocido durante la guerra civil con el alias de 'Tito Arias'.
A diferencia de Ríos Montt, Pérez Molina nunca enfrentó un juicio por los crímenes de la guerra civil por falta de pruebas en su contra.
En 1993 el ya general fue el primer militar en ser declarado por la Cámara de Libre Empresa de Guatemala uno de los 10 líderes del año, un nombramiento que causó polémica ante las acusaciones de matanzas. Dicho reconocimiento pudo haber sido influenciado por su participación directa en la captura de El Chapo mientras era coronel y director del Servicio de Inteligencia Militar.
Pérez Molina renunció al ejército en 2000 y un año más tarde fundó junto a Roxana Baldetti el Partido Patriota, con el que participó dos veces en las elecciones presidenciales. En la primera ocasión en 2007 fue derrotado en segunda vuelta.
La vencida fue en la segunda. En su segunda postulación en ganó con 53% de los votos luego de lanzar una campaña llamada 'Mano dura' en la que prometía combatir el narcotráfico de los carteles mexicanos y la violencia de las pandillas.
Durante su mandato el combate a la violencia tuvo resultados positivos al reducirse en casi 9% la cantidad de homicidios respecto del último año del gobierno de su predecesor, Álvaro Colom (2008-2012). Pero alcanzó los titulares mundiales con una propuesta radical para reducir la violencia relacionada con el narcotráfico: la despenalización del uso de drogas, que no tuvo eco en la región.
A inicios de agosto de 2015 salieron a relucir acusaciones de corrupción contra su vicepresidenta, Baldetti, y otros miembros de su administración. Baldetti renunció al cargo y actualmente está detenida. Pérez Molina enfrenta la misma suerte.
'Todo es dime y diretes'
En declaraciones a The Associated Press, el ex gobernante afirmó que las acusaciones en su contra tienen como base 'dimes y diretes'. Y al ser consultado si alguna vez pensó que su presidencia terminaría así respondió categóricamente: '¡jamás!'.
Comparó su situación con el conflicto armado guatemalteco (1960-1996) 'de lo peligroso que es utilizar decires y eso es lo que he visto hasta el momento'.
Amílcar Pop, diputado del partido indigenista de izquierda Winaq, dijo durante la sesión que con la renuncia de Pérez Molina 'no se resuelve la crisis. Y tampoco con el proceso electoral, hay demasiados candidatos investigados por la justicia debido a su corrupción. Hay diputados que responden a empresas, que son dependientes del dinero y los intereses más oscuros. Esto solo se resuelve con un proceso constituyente y una reforma profunda de muchas leyes'.
Sin embargo, para Joaquín Blanco, del partido Unidad Nacional de la Esperanza, 'la institucionalidad está funcionando y esto es un gran paso para un país como Guatemala que sufrió un conflicto armado tan intenso. Lo que sucede hoy en el congreso es la desembocadura de una crisis'.
El fiscal José Antonio Morales hizo que se escucharan algunas de las llamadas legales en las que se basa la investigación adelantada por la fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, organismo adscrito a la ONU, y que encabeza el exmagistrado colombiano Iván Velásquez. En las grabaciones se escucha a dos supuestos funcionarios que supuestamente explicaban cómo funcionaba dicha organización criminal.
Ligado a proceso por corrupción
Por su parte, el Ministerio Público (MP-Fiscalía) de Guatemala pidió al juez Miguel Ángel Gálvez que ligue a proceso al expresidente Otto Pérez Molina por su supuesta participación en la red de corrupción aduanera La Línea.
En su alegato final en la audiencia de primera declaración el fiscal, José Morales, argumentó que en las investigaciones se ha podido establecer la posible vinculación del exmandatario con la estructura.
La Fiscalía hizo la solicitud de ligar a proceso a Pérez Molina, al que imputó el jueves los delitos de defraudación aduanera, asociación ilícita y cohecho pasivo, en busca de obtener más tiempo y proseguir con la investigación del caso.
El fiscal Morales sostuvo que existen 'indicios racionales suficientes' de la participación del hasta el jueves mandatario guatemalteco en la red La Línea, por el que renunció a la Presidencia para enfrentar a la Justicia.
Según la Fiscalía, Pérez Molina se habría beneficiado de los recursos económicos recaudados por la red de corrupción aduanera, que tenía como jefes operativos al prófugo Juan Carlos Monzón, exsecretario privado de la exvicepresidenta Roxana Baldetti. La petición de la Fiscalía de ligar a proceso a Pérez Molina fue respaldada por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), la Contraloría General de Cuentas de la Nación y la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
Ira y asco por corrupción marcan las elecciones de hoy
La ola de turbulencia política que derribó al presidente de Guatemala echa una sombra sobre la elección de hoy de un nuevo mandatario, en unos comicios que muchos temen podría poner fin a la campaña contra la corrupción que llevó a Otto Pérez Molina a la cárcel.
Decenas de miles de manifestantes que exigieron la destitución de Pérez Molina vieron sus deseos cumplidos en parte cuando éste renunció para responder a cargos de corrupción como presunto cabecilla de una defraudación masiva de la Aduana. El fin de semana estuvo encerrado en una prisión militar.
Pero no se cumplió otro reclamo tan importante como el primero: el aplazamiento de unas elecciones que muchos consideran ofrece escasas alternativas a lo malo conocido.
'La gente rechaza este sistema político, la captura de la democracia por la mafia. Siente que ir a votar es ir a elegir al próximo saqueador del país', dice Manfredo Marroquín, Presidente de Acción Ciudadana, una de las organizaciones civiles más influyentes del país. 'No se rechaza la democracia. Lo que se reclama es un ‘reset’, aplicar un antivirus y empezar de cero'. Para muchos, el candidato favorito, Manuel Baldizón, representa a la clase política tradicional y todas las deficiencias de sistema político del país: un acaudalado empresario de 45 años que rebasó el tope electoral de gastos de campaña y a quién la justicia le ha prohibido seguir haciendo proselitismo, algo a lo que él ha hecho caso omiso.
En uno de sus recientes actos proselitistas, miles de personas bailaban reggaetón cuando el sonido de un helicóptero comenzó a imponerse sobre la música en Mixco, una ciudad a las afueras de la capital de Guatemala. Su candidato a Vicepresidente, Edgar Barquín, está acusado por asociación ilícita y tráfico de influencias. Pero por ser candidato goza de inmunidad judicial. Ni Baldizón ni los otros 13 candidatos, entre los que hay un cómico sin experiencia política, una ex primera dama o la hija de un dictador condenado por genocidio, les generan demasiada confianza. Si ninguno alcanza el 50% de votos hoy, el 25 de octubre habrá una segunda vuelta.