Un atacante suicida mató el viernes a 21 personas durante un funeral en Bagdad en memoria de un miliciano chií muerto en combate contra el grupo Estado Islámico.
El agresor detonó su chaleco explosivo durante la ceremonia en el suburbio de Hay al-Amal, en el suroeste de Bagdad, informó un policía a The Associated Press. Al menos 46 personas resultaron heridas.
Nadie se adjudicó el atentado por el momento, pero el grupo Estado Islámico ha atacado con frecuencia grandes congregaciones chiíes. El grupo radical suní cree que los chiíes son apóstatas que se han alejado del islam.
Después de su campaña de ataques del año pasado, el grupo Estado Islámico, que se separó de una rama de Al Qaeda en Irak, ahora controla un tercio de Irak y Siria en su autonombrado califato.
Desde que surgió el grupo EI, Bagdad ha sido testigo de ataques diarios, con bombas en caminos, suicidas con explosivos y asesinatos contra las fuerzas iraquíes y funcionarios gubernamentales que han dejado una gran cantidad de civiles muertos.
La violencia ha matado a cientos y desplazado a decenas de miles de iraquíes.
Los milicianos chiíes respondieron el año pasado a una convocatoria a la guerra después de que la máxima autoridad religiosa chií, el ayatolá Ali al-Sistani, hiciera un llamado a hombres iraquíes a defender al país. Los milicianos, que después crearon una extensa fuerza paramilitar llamada las Fuerzas de Movilización Popular, han sido parte fundamental de la lucha contra el grupo Estado Islámico, al apoyar a las fuerzas iraquíes en batallas en las provincias Saladino, Ambar y Bagdad.
También en Bagdad, al menos cinco personas murieron y 15 resultaron heridas cuando una bomba caminera estalló en un santuario chií en Ciudad Sadr, informó la policía.
Empleados del hospital confirmaron el número de muertes. Todos los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.