El presidente Juan Manuel Santos aseguró esta tarde en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de París (COP21) que Colombia no aceptará cualquier acuerdo y exigió que el que se firme al final de este encuentro de 12 días tenga visión a largo plazo.
Santos señaló que Colombia está comprometida con proteger siete millones de hectáreas nuevas, que con las ya existentes suman 20 millones.
'Vamos avanzando hacia la meta de proteger 7 millones de hectáreas nuevas, declarándolas parques naturales o áreas reservadas. Esto es más o menos la extensión de un país como Irlanda', dijo.
Afirmó que dicho acuerdo final debe ser dinámico y con puntos claros de verificaciones periódicas de lo pactado.
El mandatario recordó que Colombia custodia buena parte del patrimonio mundial del agua, los bosques y los suelos fértiles que contribuyen con su bienestar.
'Somos el país con mayor biodiversidad por kilómetro cuadrado, pero también somos especialmente vulnerables frente al cambio climático.Detener el cambio es el mayor reto que tiene la humanidad en toda su historia. Por eso nos comprometimos en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia en un 20 por ciento en relación con las emisiones proyectadas para el año 2030', dijo Santos.
También señaló que con la firma de la paz en Colombia 'cesarán los atentados de la guerrilla contra oleoductos e infraestructura que han causado derramamiento de más de 4 millones de barriles de petróleo sobre nuestros ríos y mares, equivalentes a 16 veces el desastre del Exxon Valdez. Y las mismas guerrillas son protectoras de los cultivos ilícitos, que explican buena parte de la deforestación de más de 5 millones de hectáreas de nuestros bosques tropicales. La paz las convertirá en aliados para, en lugar de proteger los cultivos de coca y amapola, sustituirlos por cultivos legales y sostenibles, evitando así esa espantosa degradación ambiental'.
Lea el discurso completo de Santos:
Quiero expresar nuestro rechazo enérgico a los ataques cobardes e insensatos sufridos por el pueblo francés hace dos semanas. El terrorismo no se impondrá nunca sobre la libertad.
Estamos aquí para alcanzar un acuerdo que salve a la humanidad del calentamiento global, pero también para reafirmar nuestro compromiso con la defensa de unos principios que –hoy, más que nunca– tienen carácter global.
Colombia –mi país– custodia buena parte del patrimonio mundial del agua, los bosques y los suelos fértiles que contribuyen con su bienestar.
Somos el país con mayor biodiversidad por kilómetro cuadrado, pero también somos especialmente vulnerables frente al cambio climático.
Detener el Cambio Climático es el mayor reto que tiene la humanidad en toda su historia.
Por eso nos comprometimos en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia en un 20 por ciento en relación con las emisiones proyectadas para el año 2030.
Además, nuestro gobierno adoptó anticipadamente varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y contamos con una estrategia de Crecimiento Verde, que busca que los sectores productivos adopten prácticas bajas en carbono.
En mi gobierno vamos avanzando hacia la meta de proteger 7 millones de hectáreas nuevas, declarándolas parques naturales o áreas reservadas. Esto es más o menos la extensión de un país como Irlanda.
Y dejaremos protegidas cerca de 20 millones de hectáreas, lo que corresponde a la quinta parte de nuestro territorio.
También estamos comprometidos con la reducción de la deforestación, en particular en la región amazónica.
Este compromiso está plasmado en el Programa de Visión Amazonía que, con apoyo de países como Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Noruega –y en colaboración con Brasil y Perú–, nos permite avanzar hacia la meta de cero deforestación, vital no sólo para nuestro país sino para el mundo entero.
Y avanzamos en algo que es también crucial para el ambiente: el logro de la paz.
Si terminamos –como esperamos– nuestro conflicto interno armado, que es el único y más viejo en todo el hemisferio occidental, los dividendos para el medio ambiente serán inmensos. Cesarán los atentados de la guerrilla contra oleoductos e infraestructura que han causado derramamiento de más de 4 millones de barriles de petróleo sobre nuestros ríos y mares, equivalentes a 16 veces el desastre del Exxon Valdez. Y las mismas guerrillas son protectoras de los cultivos ilícitos, que explican buena parte de la deforestación de más de 5 millones de hectáreas de nuestros bosques tropicales. La paz las convertirá en aliados para, en lugar de proteger los cultivos de coca y amapola, sustituirlos por cultivos legales y sostenibles, evitando así esa espantosa degradación ambiental.
Apreciados representantes de las naciones del mundo:
Tenemos el reto de lograr un acuerdo global, jurídicamente vinculante, que –más que un fruto de la diplomacia– sea un logro de la humanidad. Un logro para nuestra propia supervivencia.
Colombia está plenamente comprometida con el proceso, pero no aceptaremos cualquier tipo de acuerdo.
Este acuerdo debe tener una visión de largo plazo, con señales fuertes para los países, el sector privado, las ciudades y nuestras gentes sobre la necesaria e inevitable transición hacia economías bajas en carbono.
El acuerdo debe ser dinámico y tener verificaciones periódicas.
Colombia reitera ante el mundo su compromiso con la preservación del medio ambiente, para que este planeta sea –por muchos milenios– la casa de la raza humana.
Muchas gracias.