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Dentro de la amalgama de conflictos internacionales que se generaron en el siglo XIX y XX, la génesis comenzó a través de repartos arbitrarios de territorios, creación artificial de límites, posesión de ricos yacimientos que requerían las economías para su desarrollo, y la participación fundamental de las grandes potencias en su reconfiguración de la geopolítica; pero, sobre todo, el desprecio por el ser humano que se veía representado en la colonización que descarnadamente se desplegó en el continente africano. (Ver infografía).

El territorio, ubicado en África Noroccidental, entre el cabo Blanco y el cabo Bojador, conocido como Sahara Occidental, fue reclamado por España durante la conferencia de Berlín de 1884, cuando las potencias europeas se repartieron África imponiendo fronteras artificiales sin tener en cuenta las tradiciones ancestrales ni los intereses de los pueblos autóctonos.

Desde esa época y hasta 1975, los españoles gobernaron y explotaron esta región que cuenta con la mina de fosfato más grande del mundo, y una zona económica exclusiva que posee bancos de peces de gran importancia.

Luego de varias conversaciones, España y Francia llegaron a un acuerdo de límites de sus colonias, estableciendo las fronteras al norte y al sur. En 1958, España formó oficialmente la provincia del Sahara español; de otra parte, tras su independencia, Marruecos reclamó la provincia española como parte del mal llamado 'Gran Marruecos'.

En 1967 la ONU recomendó la descolonización del Sahara Occidental; sin embargo, salvo excepciones, como el caso que nos ocupa, el proceso se convirtió en el camino más tortuoso para sus habitantes, a tal punto que generó la tragedia sin fin de los Saharauis. Y para complicar aún más el panorama, Mauritania también anunció sus pretensiones territoriales sobre la franja.

La guerrilla al ataque. El 10 de mayo de 1973, en Mauritania, se formó el Frente Polisario (acrónimo de Frente Popular de Liberación de Saguía al- Hamra y Río de Oro), sucesor del movimiento para la Liberación del Sahara. El Polisario adoptó la táctica de guerra de guerrillas. Su meta fue conseguir la independencia del Sahara Occidental de España.

En 1974, Madrid anunció mayor autonomía a los saharauis y la organización de un referendo en la primavera de 1975. Marruecos se opuso a ello y la ONU ordenó suspender el referendo; así, solicitó a España dirigirse a la Corte en La Haya.

El 14 de noviembre de 1975, España, Marruecos y Mauritania firmaron en Madrid un acuerdo tripartito por el cual España se comprometía a poner fin a su presencia en la provincia del Sahara español y a compartir la administración de su territorio con Marruecos y Mauritania. En febrero de 1976, España abandonó la provincia del Sahara español y tropas marroquíes entraron a la capital del Sahara Occidental, Al Aaiun.

Ahora, República. El 26 de febrero del mismo año, el Frente Polisario proclamó la formación de la República Árabe Saharaui Democrática, RASD. Más tarde, el 14 de abril, Mauritania y Marruecos firmaron un tratado en el que se dividían el territorio saharaui: dos tercios para Marruecos, un tercio para Mauritania.

El Frente Polisario llevó a cabo, con éxito, su campaña guerrillera en territorio Saharauis y lograron que Mauritania se retirara del territorio que el tratado de Rabat le había concedido, entregándoselo a la RASD. Marruecos, con ayuda de Francia y EE.UU., respondió con la construcción de un muro de 2.000 kilómetros que parte en dos el Sahara Occidental, y con el sembrado de miles de minas antipersonales para defenderse de los constantes ataques guerrilleros.

Reconocimiento

La guerra continuó hasta 1991, cuando se decidió una tregua entre el Frente Polisario y Marruecos con el propósito de llegar a un acuerdo para la realización del referendo. Estos diálogos, bajo los auspicios de la ONU, no lograron consenso entre los representantes del Polisario y los ocupantes marroquíes del territorio saharaui, obligando a dicho pueblo al retorno a las armas para conseguir derrotar a los invasores marroquíes y establecer la RASD en todo el territorio. La RASD es reconocida en la actualidad por 82 países. La RASD es miembro fundador de la Organización Unión Africana. En la RASD el árabe y el español son reconocidos como idiomas oficiales del país.

El imaginario

El gran problema que enfrenta la comunidad internacional es que algunos pueblos como el Saharauis, desde su comienzo hasta el día de hoy, aun con la mano fuerte del Frente Polisario, no han podido construir un Estado-nación, pues su imaginario los lleva a asumir la actitud de una población nómada que camina libremente por el Sahara sin tener en cuenta límites, más allá que el desierto y el sol que los abraza permanentemente y pareciera que los protege o condena.