Llegó la esperada fecha del 23 de marzo, aquella que se prometió hace seis meses como el día en que se firmaría la paz, pero el tan anhelado acuerdo final que pondría fin a más de 50 años de conflicto no se pudo materializar.
Sin embargo, la reciente visita de Barack Obama y John Kerry a La Habana, presidente y Secretario de Estado de Estados Unidos, respectivamente, contagió de 'optimismo' un proceso que puede estar retrasado pero parece no tener marcha atrás.
Precisamente con esa palabra, 'optimismo' el mandatario estadounidense definió la oportunidad de paz de Colombia. Su jefe diplomático, Kerry, también dio un apoyo frontal al proceso reuniéndose, no solo con la delegación del Gobierno, sino con los miembros del Secretariado de las Farc que se encuentran en La Habana.
Esta histórica reunión, de la que hicieron parte ‘Iván Márquez’, ‘Joaquín Gómez’, ‘Rodrigo Granda’, ‘Pablo Catatumbo’, ‘Pastor Alape’ y el máximo líder de las Farc, ‘Timochenko’, fue la primera vez que un miembro del Gobierno norteamericano entra en contacto directo con integrantes de las Farc, organización que aún hace parte de la lista de terroristas de EEUU.
Encuentro ‘inédito e impensable’. La reunión con Kerry fue considerado por ‘Iván Márquez’, jefe negociador de la guerrilla, como un cambio en la percepción de Estados Unidos frente a las Farc, y como un paso positivo para la consecución de la paz.
'Hemos hablado con él, somos considerados como una organización insurgente y estamos en una lista de terrorismo, pero si estamos hablando con él, podemos pensar que esa percepción está cambiando', dijo Márquez.
Por su parte, el máximo líder de la guerrilla, Timoleón Jiménez, ‘Timochenko’, afirmó que la reunión había sido algo 'inédito e impensable'.
'Nos llena de optimismo y nos da una mayor certeza de que vamos hacia la paz', manifestó.
Hubo partido pero no ‘home run’. En el último día de Obama en Cuba un partido de béisbol despidió al presidente norteamericano, el primero en pisar la isla en 88 años. En ese mismo juego, que enfrentó a Cuba y los Rays de Tampa Bay, cuatro partes con cinco o más décadas de antagonismo se reconocían desde el público.
Por un lado, Obama y Raúl Castro, representantes de Estados Unidos y Cuba en medio del deshielo de sus relaciones diplomáticas. Por el otro, las delegaciones del Gobierno y las Farc, dos caras del conflicto armado más antiguo del continente.
Al buen ambiente entre las delegaciones, que dan como superada la última crisis por las diferencias frente a las zonas de concentración de la guerrilla, se le suma el nuevo espaldarazo de Estados Unidos al proceso, que refleja el optimismo demostrado por las partes en conseguir un acuerdo final. Sin embargo, lo cierto es que la firma de la paz hoy no se dará.
El anhelado ‘home run’ de la rubrica al acuerdo final está descartado, pero hay expectativa por el ‘hit’, traducido en un gran anuncio que puedan conectar hoy los negociadores en Cuba.Uno que le devuelva la confianza a los colombianos en el proceso, cada vez más baja según las encuestas.
Sobre el contenido del anuncio solo se puede especular. El cese al fuego bilateral, que se barajaba como el gran acuerdo que salvaría la anunciada fecha, también está lejos de conseguirse. Al respecto, apenas el lunes las Farc entregaron una nueva 'hoja de ruta' al Gobierno para tratar este tema.
Expertos como el director de la CERAC, Jorge Restrepo, y el doctor en estudios americanos, Luis Fernando Trejos, coinciden en que para lograr este acuerdo aún falta definir muchos tecnicismos sobre cómo, cuándo y dónde se concentrará la guerrilla. Pero, sobre todo, frente a las garantías de seguridad, tanto física como jurídica, que tendrán las Farc después de su desmovilización.
Precisamente esta fue una de las conclusiones de las reuniones de Kerry con las delegaciones del Gobierno y las Farc, el apoyo de EEUU 'a brindar seguridad para los desmovilizados'. Para Restrepo, si bien los anuncios del diplomático estadounidense no fueron concretos, 'son una señal de que esto es un problema que tenemos que cuidar hacia el futuro'. Para Trejos, la 'seguridad' de la que habla Kerry está ligada a la garantía de que Estados Unidos no pedirá en extradición a los guerrilleros después de que dejen las armas.
¿Por qué se retrasó la firma?
Estos fueron los 5 principales hechos que retrasaron la firma del acuerdo final de paz prevista para hoy.
1. La revisión del acuerdo de víctimas fue un retraso de tres meses.
2. El impasse de Conejo congeló los diálogos por 10 días.
3. Fuertes diferencias entre Gobierno y Farc frente a las zonas de concentración.
4. El 9 de marzo Santos dijo que no firmaría un mal acuerdo por cumplir un plazo.
5. El 12 de marzo ‘Timochenko’ descartó que el 23 se firmara ‘algún acuerdo’
Análisis: Luis Fernando Trejos, Phd en Estudios Americanos
'Está lejos un cese al fuego bilateral'
Con respecto a las dificultades de concretar el cese al fuego bilateral y definitivo cabe hacer los siguientes comentarios: 1- En la modificación de la ley de orden público, los congresistas, acertadamente se aseguraron de que las estructuras de las Farc no se concentren cerca de cabeceras municipales (a lo que se opone vehementemente la insurgencia), esto con el fin de facilitar el proceso de verificación del cese al fuego, la dejación de armas y evitar proselitismo armado. 2- La incapacidad del Estado en garantizar la seguridad de los guerrilleros que dejen las armas, teniendo en cuenta la presencia activa de grupos paramilitares en muchos de los territorios en los que las Farc se desmovilizarán. Esto afecta seriamente el proceso, ya que los acumulados políticos de las Farc están en áreas en las que no hay presencia estatal y es precisamente en esas zonas (carentes de Estado), donde la insurgencia construirá las bases de su movimiento político. De ahí la inaplazable tarea del Estado en perseguir y desmontar el paramilitarismo y todas sus redes de ilegalidad. Es decir, los espacios que dejen las Farc deben ser copados por la institucionalidad estatal y no por la ilegalidad mafiosa.