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El presidente Rafael Correa anunció el miércoles un alza de dos puntos en el IVA, de 3 puntos en el impuesto sobre las utilidades, descuentos de un día en el salario y la venta de activos del estado como medidas temporales y excepcionales con el fin de recaudar fondos para enfrentar las secuelas del devastador terremoto del sábado.

En una breve cadena de radio y televisión, el mandatario dijo que 'estamos enfrentando la peor tragedia de los últimos 67 años; la situación es realmente grave, la reconstrucción de las zonas afectadas durará años y costará miles de millones de dólares'.

Destacó que la mejor manera de canalizar la solidaridad es con el esfuerzo de todos.

Correa precisó que se establecerá una contribución de 2 puntos adicionales sobre el IVA durante un año, el cual pasa del 12% al 14%; una contribución por una sola vez del 3% adicional sobre utilidades, una contribución por una sola vez del 0,9% sobre personales naturales con patrimonio mayor a un millón de dólares, y el aporte de un día de sueldo para quienes ganan más de mil dólares mensuales, progresivamente hasta 5.000 dólares que deberán contribuir por cinco meses.

Aseveró que se tratarán de vender algunos activos que el país ha acumulado en los últimos años.

'La sociedad se construye con el compromiso institucionalizado, con acción colectiva organizada; esta es la manera como una sociedad moderna responde a esta clase de desastres y la forma como cada ecuatoriano, en la medida de sus posibilidades, contribuye a la recuperación de su propia patria', argumentó.

No dio información de cuánto espera recaudar con estas medidas.

El mandatario ha pasado los últimos días supervisando la ayuda y entregando suministros. El martes estimó las pérdidas en unos 3.000 millones de dólares, cerca del 3% del producto interno bruto ecuatoriano.

El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de las Naciones Unidas, Stephen O'Brien, dijo tras visitar durante dos días las zonas de desastre que 'estamos viendo 750.00 personas en Ecuador afectadas por esta crisis'.

Anunció que la ONU entregará al país un primer monto por 7 millones de dólares, y que el viernes ese organismo hará un llamado a la comunidad internacional con el fin de reunir 73 millones de dólares para 'satisfacer las necesidades inmediatas vitales y recuperar los medios de vida'.

En la madrugada del miércoles una fuerte réplica de magnitud 6,1 generó pánico, provocó el llanto de niños y arrojó a cientos ecuatorianos a las calles, temerosos de que se produjeran desastres adicionales.

Fue la réplica más fuerte desde la noche del sábado, cuando un movimiento telúrico de 7,8 grados sacudió la costa ecuatoriana, provocó la destrucción de muchas poblaciones y cobró la vida de 570 víctimas, 526 de las cuales están identificadas, de acuerdo con el último informe de las autoridades. También hay 7.015 heridos y 163 desaparecidos.

'Mucha gente empezó a gritar y los niños lloraban por el terror', dijo a The Associated Press Mauro Madero, habitante de San Vicente, poblado cercano a la playa donde se registró la réplica. 'Casi todos estamos durmiendo en la calle, en las plazas o en las veredas, pero con estos temblores salimos corriendo'.

El Servicio Geológico de Estados Unidos situó el epicentro de la réplica a 25 kilómetros (15 millas) al oeste de la ya devastada playa de Muisne a las 3:33 de la madrugada hora local (0833 GMT).

La réplica llevó a que los habitantes de Portoviejo y otras ciudades abandonaran sus casas, incluso aquellas que aparentemente no presentan daños. Algunos caminaron durante la noche rumbo al que era un aeropuerto, donde se había establecido un campamento.

'Ya casi nadie queda en sus casas. Sólo los locos duermen adentro', dijo Elvis Moreira desde Pedernales, uno de los poblados más afectados por el sismo. 'Cuando sentimos que la tierra temblaba se nos vino a la mente el terremoto y uno queda sin saber qué hacer, sólo quiere correr. Yo cogí a mi hija de la mano y la jalé para cualquier lado'.

Cientos de damnificados hacían duelo por la pérdida de sus seres queridos, que ya empezaban a enterrar, mientras que la esperanza por encontrar vivos a los desaparecidos se esfumaba. Las funerarias ya no tenían más ataúdes que ofrecer a las víctimas, lo que ha llevado a que los gobiernos locales tengan que pagar para traer ataúdes desde otras ciudades.

El movimiento telúrico del sábado sacudió la costa central de Ecuador y provocó extensos daños en ciudades como Portoviejo, Manta, y Pedernales, donde quedaron pocos edificios en pie.

La tierra ha continuado moviéndose desde entonces. La jefa de Sismología del Instituto Geofísico, Alexandra Alvarado, señaló que desde el sábado se han registrado más de 500 réplicas, lo cual 'se esperaba'.