Cómo una 'medida de defensa ante el islamismo', calificaron autoridades francesas el hecho de que unos policías obligaran a una mujer musulmana a quitarse el burkini, un traje de baño que cubre desde la cabeza hasta los tobillos, o a retirarse de la playa.
El hecho ha generado toda clase de reacciones en medios de comunicación y redes sociales, aunque en un principio suscitó titulares por la acción de los policías se convirtió en blanco de reacciones.
Las fotos fueron tomadas en una playa de Niza, en ellas aparecen policías armados pidiendo a una mujer que viste una túnica que la cubre desde la cabeza y un pantalón, que se pusiera un traje de baño o debía irse de la playa, según fuentes de la alcaldía de Niza.
La escena presentó en un lugar cercano a la Promenade des Anglais, lugar donde el pasado 14 de julio un radical islamista atropelló a una multitud dejando 80 personas fallecidas y centenares de heridos.
Según medios internacionales el vicealcalde de Niza, Rudy Salles, desde ese atentado se ha intensificado la prohibición del burkini por razones de seguridad.
Por su parte, el diario francés Le Monde señala que la aplicación de esta medida causó 'indignación' en la prensa internacional, especialmente en medios anglosajones calificando la medida como 'laicismo a la francesa'.
Defensoras de burkini convierten la Embajada francesa de Londres en una playa
Decenas de mujeres musulmanas y no musulmanas, convocadas por las redes sociales, transformaron este jueves la embajada francesa de Londres en una playa para protestar por el veto al burkini.
Bajo el lema 'Fiesta en la playa: Ponte lo que quieras', unas 75 mujeres llenaron la entrada de la embajada francesa de arena, donde pusieron sus tumbonas y sombrillas para protestar contra la 'censura' y la actuación policial.
Varias mujeres se organizaron el día anterior a través de Facebook para reivindicar su derecho a usar el burkini, prohibido en una treintena de localidades francesas.
'Estoy muy enfadada', comentó a Efe Someyie Khem, una mujer afgana que vive en Londres y que asistió a la convocatoria junto a sus dos hijas.
'No me puedo ni imaginar lo asustada que debía de estar esa señora cuando se despertó rodeada de policías' señaló respecto al caso de Niza.
A la protesta acudieron también muchas mujeres no musulmanas como la activista británica Fran Smith, que explicó que había asistido a la concentración para apoyar a sus 'hermanas musulmanas'.
La joven, que llevaba un bikini debajo de su vestido, defendió que 'la mujer que salió en los periódicos el otro día no llevaba un burkini y aun así fue forzada a desvestirse públicamente'.
'El veto se ha reinterpretado de un modo islamofóbico y además es misógino porque el objetivo son las mujeres', aseveró.
Una de las organizadoras del evento, Fariah Syed, explicó a Efe que con esta protesta piden que se retire la prohibición, al igual que 'no se le pediría a un monja que se quite su hábito, ni a un submarinista que se quite su traje de buzo'.
'Por lo tanto, ¿por qué debería una mujer islámica desvestirse en público por su religión y la ropa que lleva?', preguntó retóricamente la joven musulmana de padre bangladesí y madre inglesa.
La protesta fue interrumpida momentáneamente por una mujer que, tras pedir la palabra, mostró su rechazo hacia el evento. Tras unos minutos de discurso, el resto de activistas sofocaron la voz de la espontánea coreando 'Nuestro cuerpo, nuestra libertad'.
Esta mujer, de nombre Saleha y que tiene la nacionalidad argelina y francesa, explicó que ella considera que 'Francia es un país laico y que hay que respetar las leyes del país'.