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En 1912, un grupo de intelectuales negros formó en Bloemfontein el South African Native National Congress con el propósito de defender los derechos de las minorías aborígenes. Más tarde se denominaría African National Congress, ANC, cuyo líder más destacado sería Nelson Mandela. Este último sufrió persecuciones hasta ser encarcelado por un periodo de 27 años.

Nos ubicamos en Suráfrica, país localizado en el extremo sur del continente africano. Su capital está conformada por tres ciudades: Pretoria, sede del ejecutivo, Bloemfontein, sede del poder judicial, y Ciudad del Cabo, sede del Parlamento de la Republica. Cuenta con una población cercana a los 60 millones de personas, de las cuales el 80% es de raza negra.

El sur de África fue colonizado, en primera instancia y por espacio de 150 años, por los holandeses. A finales del siglo XVIII, los ingleses llegaron a estas tierras, y en 1806 las anexaron a su ya extendido imperio.

El Apartheid

En 1948, después de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Nacional llegó al poder con un programa segregacionista que dio origen al odiado régimen del apartheid. En el fondo, se trataba de un entramado de leyes y códigos que implantaban la separación de las personas por su color de piel y raza. Este régimen fue injusto desde todo punto de vista, pues beneficiaba a la población blanca minoritaria y discriminaba al resto de la población no europea.

Por su parte, el ANC contaba con el apoyo de la gran mayoría de la población negra de Suráfrica. Otras organizaciones, como el Partido Comunista Surafricano y el Congreso de Sindicatos de Suráfrica, siempre estuvieron al lado del ANC. Por parte de la minoría blanca estaba el Partido Nacional Surafricano, movimiento político gobiernista que se mantuvo incólume desde 1948 hasta 1994.