El último gran gesto de Barack Obama antes de entregar el testigo a Donald Trump fue el indulto a Chelsea Manning, la militar que fue condenada a 35 años de cárcel por haber filtrado miles de cables confidenciales sobre la guerra en Irak y Afganistán a la organización Wikileaks. Manning, que se cambió de sexo durante su cautiverio, saldrá de prisión el 17 de mayo, el día internacional de los derechos del colectivo LGTBI.
La decisión del ya expresidente de Estados Unidos fue celebrada por igual por los defensores de los derechos humanos y por los whistleblowers, como todo el mundo ya llama a los reveladores de secretos, como Edward Snowden, el exagente de la NSA, o el fundador de Wikileaks Julian Assange. El australiano lleva casi cinco años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres para evitar la extradición a Suecia donde se le quiere procesar por las acusaciones de violación de dos mujeres. 'Si Obama garantiza la clemencia a Manning, Assange aceptará la extradición a EEUU pese a la clara inconstitucionalidad del caso del Departamento de Justicia estadounidense', dijo en Twitter la organización que ha revolucionado el mundo con sus filtraciones.