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'Es falso que se haya consumado un golpe de Estado en Venezuela. Por el contrario, sus instituciones han adoptado correctivos legales para detener la desviada y golpista actuación de los parlamentarios opositores declarados abiertamente en desacato a las decisiones emanadas del máximo Tribunal de la República'.

Así se refirió el gobierno de Nicolás Maduro ante las críticas frente a la decisión tomada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de dejar al país de un ‘plumazo’ sin el Parlamento, que era visto por los opositores al Gobierno como el último reducto de democracia en la Venezuela chavista aunque no había podido ejercer poder alguno.

El gobierno de Maduro hizo el anuncio a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual fue publicado a través de redes sociales e incluso el mandatario lo colgó en su cuenta de Twitter a eso de las 12:00 a.m. de este viernes.

En el documento se lee que la República Bolivariana de Venezuela 'repudia la arremetida de los gobiernos de la derecha intolerante y pro-imperialista de la Región, dirigida por el Departamento de Estado y los centros de poder estadounidenses, que mediante falsedades e ignominias pretenden atentar contra el Estado de Derecho en Venezuela y su orden constitucional'.

Estos gobiernos, según el texto, que 'han conformado una coalición intervencionista, no han procesado aún la derrota recibida hace apenas unas horas en la Organización de Estados Americanos frente al plan injerencista contra Venezuela, que intentó imponer el Sr. Luis Almagro en franca violación a la legalidad internacional y nacional. Han desatado una histérica campaña contra Venezuela, ante el fracaso de sus intenciones por inmiscuirse en nuestros asuntos internos. Los motiva la venganza y la intolerancia político-ideológica contra la sólida y vigorosa democracia venezolana y su modelo inclusivo de derechos humanos'.

Además que 'es absolutamente inadmisible, sin fundamento jurídico alguno, que un grupo de países conjurados se inmiscuyan en los asuntos de jurisdicción exclusiva de Estados soberanos. Es además inmoral la operación de desestabilización sin precedentes que han desatado contra Venezuela, su revolución y su pueblo'.

La decisión que sacudió a los Poderes Públicos del país la media noche del miércoles no solo apagó la voz de la oposición dentro del Estado, sino que además convirtió al Judicial en un súper poder que decide las leyes y ejerce su cumplimiento, lo que es para el antichavismo una camisa hecha a la talla del Gobierno, un 'autogolpe'.

El TSJ mantenía en desacato a la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) desde principios de 2016 luego de que la directiva de la Cámara decidiera juramentar a tres legisladores opositores indígenas cuya elección había sido suspendida por un supuesto fraude electoral.