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Ocho personas sospechosas de estar implicadas en el atentado que causó el lunes 13 muertos en el metro de San Petersburgo, fueron detenidas en Moscú y la primera de estas ciudades rusas, anunció este jueves el Comité de investigación ruso.

'Seis personas fueron detenidas en San Petersburgo y dos en Moscú por su implicación en el atentado', en el marco de la investigación realizada por el FSB (servicios de seguridad) y el ministerio del Interior, precisó el Comité en un comunicado.

Estos arrestos se llevaron a cabo en el marco de 'una investigación compleja' del FSB y del ministerio del Interior, precisó el Comité.

Los investigadores se incautaron en sus domicilios de un 'artefacto explosivo idéntico' al que desactivaron unos agentes el lunes en la estación de metro de la plaza Vosstániya, así como de unas armas de fuego y municiones, según la misma fuente.

Las ocho personas nombradas en el comunicado tienen nombres y apellidos originarios de Asia Central. El presunto autor del atentado suicida, Akbarjon Djalilov, nació en la región de Och, en el sur de Kirguistán.

Este jueves por la noche, el FSB anunció haber desactivado un artefacto explosivo de fabricación casera en un edificio del este de San Petersburgo, sin dar más detalles.

Los investigadores también indicaron haber encontrado 'objetos importantes para la investigación' en la casa de 'ciudadanos de países de Asia Central que estaban en contacto con Djalilov'.

Tras este atentado, calificado por el Kremlin como 'un desafío lanzado a todos los rusos, incluido al presidente' Vladimir Putin, las autoridades multiplicaron las medidas de 'seguridad antiterrorista' en el metro.

El presunto autor del atentado, identificado gracias a una prueba de ADN, es Akbarjon Djalilov, un hombre de 22 años nacido en la región de Och, en Kirguistán, pero que vivía en Rusia desde 2011.

Los motivos de Djalilov siguen siendo una incógnita, pero el Comité de Investigación ruso indicó que examinaba su posible relación con la organización yihadista Estado Islámico (EI), aludiendo por primera vez a este grupo.

La región de Och en la que nació Djalilov es conocida por haber proporcionado grandes contingentes al grupo EI en Siria e Irak.

El miércoles, las fuerzas del orden rusas habían anunciado la detención de siete ciudadanos de países de Asia Central en San Petersburgo, sospechosos de reclutar a 'terroristas', pero precisaron que no estaban relacionados 'por el momento' con el presunto autor del atentado.

- Homenajes a las víctimas -
Unas diez mil personas se reunieron en el centro de Moscú para depositar flores en homenaje a las víctimas, según un periodista de la AFP en el lugar.

En San Petersburgo, varios miles de personas se reunieron frente a la estación del metro donde el tren blanco del atentado se detuvo tras la explosión de la bomba, constató otro periodista de la AFP.

Las familias de las víctimas del atentado enterraron este jueves a sus allegados en el tercer y último día de duelo en la segunda ciudad de Rusia.

El primer entierro, el de Irina Mediantseva, de 50 años, creadora de muñecas artesanales y madre de dos hijos fue en Sverdlov, en la región de Vsevolojsk, a unos veinte kilómetros al sureste de San Petersburgo.

'Tenía dos hijas. Lo que ha pasado es horrible', confesó a la AFP la hermana de Irina Mediantseva, durante un funeral ortodoxo celebrado un día antes en San Petersburgo en homenaje a las víctimas. Esta madre de familia se encontraba con una de sus hijas en el tren en el momento de la explosión. La joven de 30 años resultó herida.

Entre las víctimas figuran varios jóvenes, como el estudiante Maxime Arychev, de 20 años, originario de Kazajistán.

Dilbara Alieva, de 21 años, original de Azerbaiyán y estudiante de tercer año de psicología, sucumbió a sus heridas en el hospital la noche del atentado.

Al igual que Ksenia Malioukova, estudiante en obstetricia de 18 años, que iba a encontrarse con su novio y murió en el atentado. O el joven Denis Petrov, de 25 años y campeón de kickboxing.

Rusia, que dirige en Siria una operación militar en apoyo a Damasco, no había sufrido un ataque tan duro desde la explosión el 31 de octubre de 2015 de un avión con 224 personas a bordo, que realizaba la ruta entre el norte de Egipto y San Petersburgo.

Desde este atentado reivindicado por el EI, varios ataques han golpeado las inestables repúblicas rusas del Cáucaso y los servicios de seguridad anunciaron varias veces haber desmantelado células yihadistas con intención de atacar en Moscú y San Petersburgo.