La Policía de Guatemala trasladó este domingo a una cárcel militar de la capital al exgobernador del estado mexicano de Veracruz Javier Duarte, quien fue detenido por delincuencia organizada y operaciones con recursos ilícitos en este país.
El exfuncionario mexicano, de 43 años, fue ingresado al cuartel militar Matamoros, una antigua instalación del Ejército donde una área fue modificada como prisión de reos de alto impacto, dijo a periodistas el portavoz de la Policía Jorge Aguilar.
Explicó que Duarte fue trasladado vía terrestre la madrugada de este domingo desde el turístico Panajachel, un paradisíaco poblado ubicado en la ribera del Lago de Atitlán, unos 70 km al oeste de la capital.
El exgobernador fue detenido la noche del sábado en un hotel de Panajachel tras seis meses de una intensa cacería internacional.
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Según la versión oficial, Duarte acudió a recepción para quejarse de un problema de comunicación en su habitación, y al ser sorprendido por seis agentes 'se identificó con otro nombre' hasta que se le practicaron pruebas de huellas dactilares.
El subdirector de la policía de Guatemala, Stu Velasco, indicó que el exgobernador llevaba al menos dos días hospedado en el hotel de cuatro estrellas, había pagado con efectivo y con un nombre falso y se encontraba acompañado por su esposa.
Duarte fue transportado en el asiento trasero de un vehículo particular, custodiado por dos agentes de Interpol que le acompañaban y además escoltado por una unidad de la Policía del departamento de Sololá, región a la que pertenece Panajachel.
'No tengo comentarios', dijo sin más a periodistas el exfuncionario mexicano a su ingreso al cuartel militar.
La fiscalía mexicana, que había solicitado la colaboración de Guatemala para la captura, aseguró el sábado que se encuentra gestionando su extradición, para lo que cuenta con un plazo máximo de 60 días ante el ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala.
Las autoridades mexicanas expidieron una orden de aprehensión contra Duarte el 14 de octubre de 2016 por presuntamente cometer delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Poco después, la fiscalía mexicana ofreció una recompensa de unos 717.400 dólares. En enero, Interpol emitió una ficha roja para su detención.
