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Las mayores centrales sindicales de Brasil convocaron para hoy una huelga general y a manifestaciones contra las medidas de austeridad impulsadas por el presidente Michel Temer, en la foto, en un país que se debate ante la recesión y un desempleo récord.

El gobierno, confrontado al escándalo de corrupción de Petrobras que salpica a varios ministros y a buena parte de la base aliada, apuesta sin embargo por un rápido avance de las impopulares reformas del régimen laboral y de las jubilaciones.

La huelga amenaza con paralizar los transportes, incluyendo los aeropuertos. Varias aerolíneas ya propusieron a sus clientes cambiar gratuitamente sus vuelos previstos para el viernes.

En Sao Paulo, el motor de la mayor economía latinoamericana, el alcalde Joao Doria anunció un acuerdo con la aplicación Uber y con una compañía de taxis online para asegurar el traslado de funcionarios públicos que se nieguen a plegarse a la medida de fuerza.

Según medios brasileños, Temer ordenó que los funcionarios huelguistas se queden sin cobrar el día, contrariamente a lo acostumbrado en Brasil cuando se trata de paros legales.

Gremios docentes, de hospitales y de correos anunciaron también su adhesión al movimiento, al igual que sindicatos metalúrgicos y bancarios en el sector privado.