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Moon Jae-In, un veterano de la lucha por los derechos humanos favorable a un acercamiento con Corea del Norte, ganó este martes ampliamente las elecciones presidenciales en Corea del Sur. Jae-In se juramentó a primera hora de este miércoles.

Moon, gran favorito en los sondeos y candidato del Partido Democrático, de centroizquierda, obtuvo el 40,2% de los votos, según la comisión nacional electoral.

El conservador Hong Joon-Pyo quedó muy por detrás, con 25,2 % de los votos, seguido del centrista Ahn Cheol-Soo (21,5%).

El resultado fue 'una gran victoria de un gran pueblo' que quiere crear 'un país justo (...) donde las normas y el sentido común prevalezcan', dijo Moon al saludar a sus simpatizantes en la plaza Gwanghwamun de Seúl, donde una multitud de personas se reunió durante meses, a la luz de las velas, para exigir la dimisión de Park.

Tras este escándalo de corrupción, Moon prometió que será 'el presidente de todos los surcoreanos'.

En la plaza, una trabajadora independiente, Koh Eun-Byul, de 28 años, dijo a la AFP que se sentía 'feliz porque ahora hay esperanza de un cambio significativo'.

Las elecciones se llevaron a cabo en un clima político marcado por el escándalo de corrupción que terminó con la destitución de la presidenta Park Geun-Hye y por las tensiones con Pyongyang.