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El presidente estadounidense Donald Trump instó este domingo a los países musulmanes a luchar con determinación contra 'el extremismo islamista', y calificó la lucha contra el terrorismo de batalla entre 'el bien y el mal', durante su visita a Riad.

En un discurso muy esperado, Trump llamó a aislar a Irán, al que acusó de alimentar 'los incendios de los conflictos sectarios y del terrorismo', para gozo de las monarquías sunitas del Golfo, entre ellas Arabia Saudí, que temen la influencia de su gran rival chiíta.

El mandatario afirmó ser portador de un mensaje de 'amistad, esperanza y amor', en unas declaraciones que contrastaron mucho con la retórica de su campaña para las presidenciales, en la que llegó a afirmar que el Islam odiaba a Estados Unidos.

Ante los representantes de unos 50 países musulmanes, Trump, cuyo país combate desde 2014 al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria e Irak, insistió en la necesidad de que los países del Golfo y Oriente Medio desempeñen un papel más activo en la lucha antiterrorista, asegurando que llegó la hora de 'afrontar verdaderamente la crisis del extremismo islamista'.

La expresión es notablemente diferente del 'terrorismo islámico radical', que usaba Trump habitualmente durante su campaña electoral, y que provocaba recelo en el mundo musulmán.

‘El bien y el mal’

Para Trump, la lucha contra el extremismo islamista no es una 'batalla entre religiones', sino 'una batalla entre criminales bárbaros que intentan aniquilar la vida humana y gente decente de todas las religiones que intenta protegerla. Es una batalla entre el bien y el mal'.

'Los líderes religiosos deben decirlo con gran claridad: la barbarie no aportará ninguna gloria (...) Si eligen la vía del terrorismo, su vida estará vacía, su vida será breve', agregó.

El presidente estadounidense exhortó, asimismo, a los países musulmanes a no ser un 'santuario de los terroristas' y a 'expulsarlos' de sus comunidades y sus lugares de culto.

Tras evocar los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y todas las víctimas del terrorismo en Europa, África y Asia, Trump recordó que el '95%' de los afectados por el extremismo son musulmanes.

Fiel a la política seguida desde que llegó al poder, evitó hablar de los derechos humanos ante un grupo de mandatarios que suelen ser objeto de críticas por parte de las organizaciones internacionales.