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Quince niños murieron tras recibir una vacuna contaminada en una región aislada del sureste de Sudán del Sur, país en guerra desde finales de 2013, anunció el viernes el ministro sursudanés de Salud.

'El equipo de vacunación no respetó las normas de seguridad aprobadas por la Organización Mundial de la Salud' declaró el ministro Riek Gai Kok en rueda de prensa, quien denunció que fue utilizada una sola jeringa durante la campaña contra el sarampión que duró cuatro días.

'La reutilización de la jeringa, denominada de reconstitución, implica que esta última está contaminada, y luego contamina a su vez los frascos de la vacuna contra el sarampión e infecta por ello a los niños' criticó el ministro.

La investigación, dirigida por un comité sursudanés especialista de salud con la ayuda de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de Unicef, demostró igualmente que las vacunas administradas en la región de Kapoeta no habían sido conservadas respetando las reglas de la cadena de frío, lo que favoreció su contaminación.

Los niños empezaron a morir a causa de este incidente a partir del 2 de mayo, mientras que otros 32 sufrieron síntomas que incluyeron vómitos, fiebre y diarreas, aunque sobrevivieron. En total unas 300 personas fueron vacunadas durante esta campaña.