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La Casa Blanca defendió ayer la decisión 'valiente' del presidente Donald Trump de abandonar el Acuerdo de París, en un escenario que perfiló a China y la Unión Europea como los nuevos abanderados de la lucha contra el cambio climático.

El mandatario estadounidense quedó claramente aislado, ante una ola global de decepción, estupor y la abierta frustración por irse de un portazo de un entendimiento alcanzado por 195 países para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero.

'El presidente ha tomado una decisión muy valiente', dijo en la Casa Blanca el director de la Agencia de Protección Ambiental estadounidense, Scott Pruitt, para quien 'no hay razón para que pidamos disculpas como país'.

'El mundo aplaudió cuando adherimos al Acuerdo. ¿Saben porqué? Pienso que aplaudieron porque sabían que pondría a nuestro país en desventaja', afirmó Pruitt.

En particular, añadió, 'los líderes europeos querían que permaneciéramos (en el acuerdo) porque saben que seguiría encadenando nuestra economía'.

Pruitt, sin embargo, se negó a responder si Trump cree o no en el cambio climático como un hecho comprobable científicamente, alegando que no tuvo 'oportunidad de esta discusión con él'.

Durante la campaña electoral, Trump había llegado a afirmar que el cambio climático era una 'farsa' que había sido lanzada por China para obtener beneficios en el intercambio comercial.

Antecedentes

Por su parte, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que Estados Unidos mantendría sus esfuerzos para reducir de emisiones de gases de efecto invernadero.

'Yo creo que es importante que todos reconozcan que Estados Unidos tiene antecedentes espectaculares en materia de reducción de emisiones. Es algo de lo que podemos estar orgullosos, por todo lo que hemos hecho sin el Acuerdo de París', expresó.

Por eso, 'no pienso que vamos a cambiar nuestros esfuerzos para reducir esas emisiones en el futuro, y así espero que todos puedan mantener la perspectiva', señaló.

Mientras Pruitt y Tillerson defendían a un Trump claramente contra las cuerdas, la comunidad internacional envió señales de que no permanecerá de brazos cruzados o apenas lamentándose por la salida de Washington del Acuerdo de París.

En Bruselas, China y la Unión Europea aprovecharon el vacío de liderazgo para mostrar sintonía sobre el tema, a pesar de las diferencias comerciales.

'A día de hoy, intensificamos nuestra cooperación sobre el cambio climático con China', una lucha que 'continuará con o sin Estados Unidos', dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al término de una cumbre en Bruselas junto al primer ministro chino, Li Keqiang.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, instó a todo el mundo a trabajar junto a Donald Trump sobre el clima e insistió en que no 'juzga' al presidente estadounidense por haber decidido sacar a su país del Acuerdo de París.