Un jurado decidirá desde este lunes si el famoso actor estadounidense Bill Cosby, acusado de drogar y agredir sexualmente a una mujer en su mansión de Filadelfia hace 13 años, es o no un depredador sexual que debe ir a la cárcel.
Cosby llegó a la corte poco antes de las nueve de la mañana y fue rodeado por más de un centenar de periodistas que asisten al juicio en Norristown, una pequeña ciudad de la periferia noroeste de Filadelfia.
El actor, que está casi ciego, caminaba del brazo de una de las estrellas del ‘The Cosby Show’, Keshia Knight Pulliam, famosa actriz televisiva estadounidense que a los cinco años obtuvo el papel de su hija menor en el célebre programa, que duró de 1984 a 1992.
Durante décadas Cosby fue ‘el papá de Estados Unidos’, venerado por millones y sobre todo por la comunidad negra por su papel como Cliff Huxtable, un afable ginecólogo y padre benevolente en el exitoso programa televisivo ‘The Cosby Show’.
En el mayor juicio a una celebridad estadounidense en muchos años, este actor de 79 años que fue un pionero al pulverizar las barreras raciales y hoy ha caído en desgracia, es acusado de ataque indecente agravado por drogar y abusar sexualmente de una exdirectora de un equipo de básquetbol universitario.
Unas 60 mujeres han acusado públicamente a Cosby de abuso sexual a lo largo de cuatro décadas. Pero el juicio en Norristown será probablemente el único en su contra, ya que la vasta mayoría de los presuntos abusos tuvo lugar hace demasiados años y los delitos han prescrito.
En la corte del condado de Montgomery, un jurado de 12 personas -solo dos de ellas afroestadounidenses- decidirá su culpabilidad o inocencia en un juicio que se espera dure dos semanas. Si es condenado, Cosby corre el riesgo de pasar el resto de su vida tras las rejas, ya que la sentencia mínima es de 10 años más una multa de 25.000 dólares.