Compartir:

El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil rechazó esteviernes anular el mandato del presidente conservador Michel Temer, en una apretada votación de 4 votos contra 3, desempatada por el presidente de la corte.

'No se sustituye a un presidente de la República en cualquier momento (...) La anulación de un mandato debe ocurrir en situaciones relevantes', justificó el magistrado, Gilmar Mendes. Temer es investigado en paralelo ante la corte suprema por corrupción.

Las siete vidas de Temer

Michel Temer siempre fue un corredor de fondo en los envenenados pasillos del poder brasileño, desde donde emergió hace un año para desbancar a su compañera Dilma Rousseff. Y aunque su mandato está siendo convulso, el veterano estratega sabe cómo sobrevivir en el abismo.

Lo lleva haciendo desde que hace tres décadas desembarcó en Brasilia.

La última demostración llegó este viernes, cuando los jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) salvaron su mandato por una ajustada mayoría 4-3, en contra del parecer del relator, que afirmó que el sistema de sobornos descubierto en la campaña de reelección de Rousseff y Temer en 2014 alcanzaría para 'anular' esos comicios.

No es la primera vez que lo consigue desde que el 17 de mayo la revelación de una comprometedora grabación -en la que parecía dar su aval para la compra del silencio del poderoso expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ahora preso- empujó a su gobierno a la cornisa.

'No renunciaré. Repito, no renunciaré', proclamó después de que el Supremo Tribunal Federal (STF) decidiera investigarle.

Y no se ha ido. Pero en aquella velada, registrada en el grabador de uno de los dueños del gigante cárnico JBS, para muchos empezó el fin de un mandato que nunca se despojó de las convulsiones de su nacimiento, en pleno frenesí del impeachment de Rousseff.

Miles de brasileños se manifestaron desde entonces para pedir su salida, al tiempo que una veintena de pedidos de impeachment se agolpaban en el Congreso y el crucial PSDB se planteaba abandonar su gobierno.

Pero, una vez más, ganó tiempo.