Un sofá, alas de papel, 49 cruces de madera, un conejo de trapo con la consigna 'Sigan bailando': miles de ofrendas que personas de todo el mundo dejaron a las víctimas del ataque en Orlando serán expuestas desde el lunes, físicamente y por internet.
El 12 de junio del año pasado, Omar Mateen entró a tiros al bar gay Pulse de Orlando, en el centro de Florida, y dejó 49 muertos y 53 heridos antes de morir jurando lealtad al grupo yihadista Estado Islámico.
La masacre fue noticia mundial y se improvisaron ofrendas callejeras con peluches, velas, flores y toda clase de artesanías frente a la discoteca, el hospital y el lago Eola en el centro de Orlando, donde se concentraron los homenajes.
Cerca de dos semanas después, la ciudad recogió estos objetos, que no habían sufrido mucho por el clima, pero sí por las velas.
'Levantamos miles de artículos de los lugares de homenaje', dice Michael Perkins, jefe del Centro Histórico del Condado de Orange, al que pertenece Orlando y que se ocupó de la curaduría.
'Cada ofrenda tenía que ser tratada de cierta manera. Tuvimos que aplanar las de papel; y la cera de las velas cubría tantos artículos que hicimos lo que pudimos para removerla', cuenta.
El funcionario entra a los archivos del Centro Histórico y abre una cámara con temperatura y humedad controladas. Saca un par de cajas de papel y aparecen las coloridas ofrendas, la mayoría con los tonos del arcoíris.
Una gorra de béisbol con el mensaje 'Amor desde República Checa', un rosario de una mujer anónima que dijo haber venido del Vaticano, una cajita de madera con 49 corazones de papel dentro; muchas tarjetas, alas, brillantina, flores, lentejuelas.