El movimiento del flamante presidente de Francia Emmanuel Macron dio un primer paso ayer para obtener una mayoría parlamentaria absoluta, una condición esencial para realizar las ambiciosas reformas con las que espera sacar a Francia del estancamiento económico.
Su movimiento político, La República en Marcha (LREM), obtuvo en la primera vuelta de las legislativas alrededor de 32% de los votos, según las primeras estimaciones, lo cual corresponde a entre 390 y 445 escaños de los 577 de la Asamblea Nacional, muy por encima de la mayoría absoluta (289 diputados).
Los dos grandes partidos tradicionales, socialista y conservador, que se alternaban en el poder en Francia desde hacía 60 años, volvieron a sufrir un revés electoral, sobre todo los socialistas que pagan la desaprobación récord del mandato de François Hollande.
Hasta hace muy poco parecía improbable que Macron, un centrista de 39 años con escasa experiencia política y sin maquinaria de partido, obtuviera una mayoría en las legislativas.
Pero si la tendencia se confirma en la segunda vuelta del próximo domingo, el presidente más joven de la historia moderna de Francia tendría el camino libre para aplicar su programa electoral.
Los franceses confirmaron en las urnas su 'apoyo al proyecto de renovación' de Emmanuel Macron, declaró su primer ministro, Edouard Philippe, tras conocer los resultados.
Nada decidido
El portavoz del gobierno, Christophe Castaner, advirtió sin embargo que hasta la segunda ronda 'nada está decidido' e instó a sus partidarios a 'seguir movilizados'.
El Partido Socialista, que controlaba la mitad de las bancas en la Asamblea Nacional, sufrió un nuevo revés electoral, reteniendo apenas entre 15 y 40 escaños. Hasta ahora, contaba con casi 300 diputados.
Estamos frente a un 'retroceso sin precedentes de la izquierda', admitió su secretario general, Jean-Christophe Cambadélis, que al igual que otros líderes del partido fue eliminado en la primera ronda de las legislativas.
El partido de derecha Los Republicanos, que buscaba la revancha tras el fracaso de su candidato François Fillon en las presidenciales, obtendría entre 80 a 132 escaños, con lo que se convertiría en el primer partido de oposición.
El jefe de la campaña de la derecha para las legislativas, François Baroin, llamó a los electores a movilizarse en la segunda ronda para evitar que 'un único partido' tenga 'todos los poderes'.
El ultraderechista Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen, que terminó segundo en las presidenciales, obtendría apenas entre 1 a 10 diputados, frente a 2 en la Asamblea saliente, un resultado 'decepcionante', según su líder.
Felicitaciones
Por su parte, la canciller alemana, Ángela Merkel, felicitó anoche a Macron por su 'gran éxito' .'Un voto a favor de las reformas', tuiteó Merkel.
La victoria del partido de Macron en la segunda vuelta confirmaría la erosión de los partidos tradicionales franceses, con la irrupción de una nueva generación de diputados que renovaría profundamente la Asamblea Nacional.