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Los talibanes llevaron a cabo este domingo un ataque coordinado que duró varias horas contra la sede de la policía en Gardez, en el sureste de Afganistán, confirmando la intensificación de sus ofensivas durante el mes sagrado musulmán del ramadán.

El asalto, que duró casi diez horas, dejó cinco muertos y nueve heridos entre los policías y trece heridos civiles, anunció la oficina del gobernador de la provincia de Paktiya en un comunicado anunciado el final del ataque.

Este fue llevado a cabo por un grupo de siete talibanes. Todos murieron, afirmaron las autoridades, precisando que uno de ellos se hizo estallar a la entrada de sede policial para abrir paso a los demás.

'Cuatro (asaltantes) murieron por la respuesta de las fuerzas especiales y otros dos resistieron en el lugar durante varias horas', según el comunicado.

La base de Gardez, capital de la provincia de Paktiya, acoge a policías ordinarios y a miembros de las fuerzas especiales de la policía afgana.

El comandante de policía de la zona sureste de Afganistán, Asadulá Shirzad, detalló el desarrollo de un ataque coordinado y bien preparado cuyo esquema se ha repetido ya en el pasado.

'Un primer (asaltante) hizo explotar su vehículo a la entrada de la sede abriendo la vía a otros dos que abrieron fuego contra las fuerzas de seguridad', explicó. 'Otro kamikaze fue abatido', añadió.

El portavoz de los talibanes, Zabihulá Muyahid, revindicó el asalto en un comunicado.

'Esta mañana nuestros muyahidines lanzaron un ataque de mártires contra una base de las fuerzas especiales en Gardez, Paktiya', escribió.

Y como es costumbre, dio un balance muy superior al oficial, de un 'centenar de muertos y heridos entre los policías'.

Avance insurgentes

Desde el comienzo a finales de abril de su ofensiva de primavera, los talibanes multiplican los ataques mortales contra posiciones del ejército y la policía afganos, evidenciando la vulnerabilidad de estos cuerpos que han perdido varias decenas de hombres en las últimas semanas.

Unos 60 militares murieron así en ataques a sus bases, en su mayoría realizados de noche, solo en la provincia de Kandahar, en el sur del país, en el transcurso de una semana a finales de mayo.

Atacan también a las fuerzas de la coalición internacional desplegadas en apoyo a las fuerzas afganas.

Siete soldados estadounidenses resultaron heridos el sábado por un soldado afgano, que disparó contra sus instructores y consejeros.

Sin reivindicar la operación, los talibanes, que quieren la caída del régimen del presidente Ashraf Ghani y la salida de las fuerzas occidentales que los respaldan, calificaron al soldado de 'patriota'.

La multiplicación de estos ataques tiene lugar en un momento en que el Pentágono se dispone a anunciar el envío de varios miles de hombres adicionales para contrarrestar el avance de los insurgentes islamistas en el país.