Los padres del bebé aquejado de una enfermedad genética rara y terminal comparecerán este jueves ante un tribunal británico para pedir que se les permita viajar a Estados Unidos para un tratamiento.
'Si hubieran pruebas evidentes que sugirieran que debo cambiar mi decisión, entonces la cambiaré', declaró el juez Nicholas Francis en una sala de juicios atestada, en el centro de Londres.
Francis, que previamente había fallado a favor de no mantener con vida al bebé de 11 meses Charlie Gard, indicó que no tomaría ninguna decisión el jueves.
La emoción era palpable durante la audiencia y los padres del pequeño, Connie Yates y Chris Gard, salieron de la sala tras una disputa sobre lo que habían dicho en la comparecencia de abril.
El hospital infantil Great Ormond Street de Londres, que tenía previsto dejar de mantener en vida a Charlie Gard, recurrió a un tribunal para que éste decidiera cómo proceder después de que intervinieran el presidente estadounidense, Donald Trump, y el papa Francisco.
Por su parte, los padres del niño presentaron esta semana una petición con más de 350.000 firmas ante el hospital, solicitando que se les permitiera llevar a su hijo a Estados Unidos para aplicarle otro tratamiento.
Pero el hospital se ha mantenido firme en su postura, defendiendo que la enfermedad mitocondrial de Gard, que deteriora los tejidos musculares, no era tratable.
Los médicos creen que el daño en el cerebro de Gard es 'grave e irreversible' y advirtieron que el bebé podría estar sufriendo, pero los padres están determinados a ofrecerle a su hijo un tratamiento alternativo.