'Me santigüé y olía a alcohol. ¿Es una tradición local?'. En la iglesia de Château-Chalone, en el este de Francia, los visitantes perplejos descubrieron que unos bromistas había remplazado el agua bendita por aguardiente, explicó el viernes la oficina de turismo.
'¿Por qué hay aguardiente en las pilas de agua bendita de la iglesia?', preguntaron a finales de agosto decenas de turistas que llegaban sorprendidos al punto de información de esta pequeña localidad vitícola.
Ante una cuestión a la que no tenía respuesta, Pauline Fisseau, la responsable del servicio, fue en persona a comprobarlo el sábado.
'Efectivamente, se había vertido un litro de aguardiente en cada una de las pilas, olía a aguardiente en cuanto entrabas en la iglesia', explicó a la AFP.
En esta iglesia se celebran pocas misas y las pilas de agua bendita suelen estar vacías.
Los recipientes fueron rápidamente vaciados del alcohol, y llenados con el líquido reglamentario, para poder celebrar al día siguiente la misa prevista con ocasión de la fiesta patronal.
Por el momento, se desconoce la identidad del o de los autores de la burla, y su motivación.
Por su parte, el alcalde del pueblo, Christian Vuillaume, creyó 'que se trataba de una broma'.
'A mí me hizo sonreír, pensé que hay gente con sentido del humor y que podía ser tal vez el inicio de una tradición', dijo a un medio local. 'Pero creo que todo el mundo no sonrió del mismo modo', agregó.