Mientras manejaba su carro con destino a Tampa (Florida), William Farello, un barranquillero de 24 años residenciado desde hace dos en Miami, narró ayer los primeros coletazos del huracán Irma en esa zona costera de EEUU. Él se movilizaba hasta esa ciudad para buscar a unos familiares 'que no se habían preparado para la tormenta' y los trasladaría hasta Orlando.
Cuenta que abandonó su casa la mañana de ayer después de dejar todo bajo 'resguardo'. 'Salí con mucha nostalgia, no sé si cuando regrese encontraré mis cosas. Llevo conmigo lo esencial, ropa, documentos, equipos de trabajo', contó el joven barranquillero.
Sin embargo, Farello destacó que la situación no suele ser mala del todo. 'Uno suele sacar lo positivo de las situaciones, y esta en particular me permitió reunirme con amigos y familiares que no veía desde hace tiempo. Fueron unas vacaciones obligadas, son una buena excusa para compartir'.
'Esto está como un desierto'
Patricia Pérez, una barranquillera que lleva 25 años viviendo en Florida, indicó ayer que las calles están 'como un desierto'. 'Nos resguardamos con la familia en la casa, tenemos provisiones y estamos a la espera que el huracán llegue a tierra. No sabemos qué pasará mañana (hoy)', señaló Pérez.
Una porteña, Diana Segrera, quien lleva 16 años en Miami, narró que hay 'toque de queda y por eso las calles están solitarias para 'evitar pérdidas humanas'.
'A las 5:30 de la tarde comenzamos a sentir las ráfagas de viento muy fuerte, el oleaje del mar está subiendo. Ha llovido mucho y hay algunas palmeras esparcidas por las calles', señaló Segrera.
Caso a las autoridades
'Miami es zona de huracanes, anualmente estamos experimentando eventos como estos, pero de pronto este es el que más fuerte han anunciado', dice Jaydi Pardo, barranquillera con 16 años en Miami.
Pardo, aunque se encuentra en Coral Gables, zona donde hay más seguridad, dice que está 'viendo noticias y haciendo caso a todo lo que digan las autoridades con referencia a lo que hay o no qué hacer'.