Por segunda vez en menos de dos semanas, la tecnología le falló a los mexicanos quienes recibieron tarde o nunca un mensaje de alerta privado que debía advertirles sobre la inminencia de un sismo fuerte, como el que azotó la capital del país el martes.
Antes del breve pero potente terremoto de 7,1 grados, que remeció a la capital y a estados centrales del país matando a más de 200 personas, muchos capitalinos tampoco escucharon un sistema de alarma estatal que sonó cuando la tierra ya temblaba.
El desconcierto cundió entre muchas personas que preguntaban '¿por qué no sonó?'. El reclamo creció ante la violencia del terremoto del martes, que derrumbó 39 edificios y dejó daños en otros 600, según datos de la alcaldía.
La razón del fallo, según expertos, es la ubicación y cercanía del epicentro.
La alerta sísmica nacional, que opera desde 1993, usa un sistema de sensores colocado en la costa pacífica, donde el riesgo de sismos es mayor.