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Colombia 'no merece' que se cuestione su combate contra las drogas, dijo el viernes un alto diplomático responsable de la lucha antinarcóticos estadounidense, tras la amenaza del gobierno de Donald Trump de sancionar a Bogotá por el aumento 'récord' de producción de cocaína.

'No creo que Colombia merece, ni mereció, ni ojalá merecerá, una decisión de decir que ha fallado en sus obligaciones', dijo William Brownfield, subsecretario adjunto de la oficina de asuntos internacionales de narcóticos del Departamento de Estado.

En una conferencia de prensa telefónica, el diplomático alabó los esfuerzos de Colombia por cumplir sus compromisos internacionales en la lucha antinarcóticos, luego de que la semana pasada Trump dijera que evaluó 'seriamente' descertificar al país, en un memorando que provocó el enérgico rechazo de Bogotá.

'Estoy totalmente de acuerdo con la decisión de mi gobierno de no incorporar a Colombia en ese grupo', dijo Brownfield, en declaraciones en español.

'Eso es lo más que puedo decir por lo menos hasta el 1 de octubre' próximo, expresó el diplomático, que citó a los medios previo a su retiro -esa fecha- tras 38 años de carrera.

Brownfield, embajador en Colombia entre 2007 y 2010, deploró el incidente. 'Lamento el hecho de que hace semana y pico tuvimos un momento en que ambos gobiernos expresamos opiniones un poquito complicadas el uno para el otro. Creo que en este momento lo importante es volver a trabajar conjuntamente', señaló.

Según el funcionario, la colaboración entre Colombia y Estados Unidos, cuyo vínculo se ha fortalecido en casi 16 años de millonarios aportes para el combate antinarcóticos, 'es positiva, productiva e histórica y sirve como modelo para el mundo entero'.

'Durante el siglo pasado pasamos años debatiendo quiénes tenían más responsabilidad, si los consumidores o los productores. Ese es un argumento que no importa, finalmente ambos lados tienen responsabilidad', subrayó.

'La solución es la colaboración', dijo.

Así, calificó de 'excelente' la estrategia de Colombia --origen del 92% de la cocaína incautada en Estados Unidos-- para bajar la producción y destacó el enfoque 'bastante ambicioso' de su país para reducir la demanda.

La semana pasada, en una audiencia en el Senado, Brownfield criticó el plan antidrogas de Colombia por involucrar a la exguerrilla FARC, una organización que, dijo, reconoció haberse lucrado del tráfico de drogas y sigue siendo considerada terrorista según la ley estadounidense.

Aunque reiteró que Washington apoyó y apoya el acuerdo de paz con los rebeldes, el diplomático insistió en que el pacto no debe servir para que las FARC permitan que narcotraficantes 'compren' su afiliación a la guerrilla para evitar la extradición a Estados Unidos, una herramienta que considera 'positiva' en la lucha antidrogas.