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Un plan de reforma fiscal del gobierno francés genera polémica, incluso entre los propios parlamentarios oficialistas, ya que propone recortar el impuesto al lujo sobre bienes como los yates, los jets privados, los lingotes y los caballos de carrera.

El gobierno del presidente Emmanuel Macron quiere reemplazar el impuesto a la riqueza a partir del 1 de enero por una tasa que se aplique sólo a los bienes raíces.

'Un yate es algo para ostentar, no es productivo para la economía', dijo al diario Le Parisien el parlamentario Joel Giraud del partido de gobierno La República en Marcha (LREM).

Si bien Giraud afirmó que el cambio 'va a aportar liquidez a la economía, hay algunos aspectos que deberían ser revisados'.

El ministro de Economía, Bruno Le Maire, afirmó que esta reforma tiene como objetivo frenar el éxodo de millonarios y emprendedores.

Según la propuesta, bienes como yates, jets privados, caballos de carrera y coches de lujo ya no estarían afectados por el Impuesto sobre la Riqueza.

Actualmente unos 350.000 hogares franceses pagan el impuesto a la fortuna, que se aplica cuando la suma de la riqueza asciende a más 1.300 millones de euros (1.530 millones de dólares).

Según el gobierno, esta reforma estimularía la economía ya que alentaría a los ricos a invertir en la 'economía real'.

Pero este cambio impositivo restará a las arcas fiscales unos 3.200 millones de euros (3.780 millones de dólares), para el descontento de la izquierda y de los sindicatos.

'Va a ser mejor ser un rentista, ser un especulador y no un trabajador, eso reporta mucho más. Vivan en un yate, cuesta mucho menos', dijo irónicamente el diputado del Partido Socialista Olivier Faure.

Muchos legisladores oficialistas también temen que la reforma sea percibida como un regalo para los más ricos.

A la salida de cumbre europea en la capital de Estonia, Macron defendió ante la prensa la reforma.

'Queremos recompensar mejor el trabajo, ayudar a la gente a tener éxito', afirmó.

'Vamos a invertir 15.000 millones de euros (17.700 millones de dólares) en formación, especialmente para la gente menos calificada, eso es una verdadera política social', defendió.