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Éstas son las principales figuras del conflicto político entre el Gobierno español y el ejecutivo regional catalán, que en los próximos días podría tensarse si el segundo proclama unilateralmente su independencia.

Mariano Rajoy

El líder del conservador Partido Popular (PP), de 62 años, es el presidente del gobierno español desde diciembre de 2011. Tras las legislativas de 2016, gobierna en minoría con el apoyo del partido liberal Ciudadanos, nacido en Cataluña para luchar contra el secesionismo.

El PP es apenas la quinta fuerza política en Cataluña, donde recabó el 13% de votos en las últimas elecciones regionales, en 2015, y tiene sólo un ayuntamiento.

Rajoy batalló contra el nuevo Estatuto de autonomía de Cataluña aprobado en 2006, que le daba más competencias a la región y la elevaba al rango de 'nación'. A raíz de un recurso de su partido, el Tribunal Constitucional lo anuló parcialmente, lo que desató la ira de muchos catalanes.

Sus detractores lo acusan de haber dejado enquistarse la cuestión catalana, y haber hecho prosperar así la causa secesionista. Rajoy insiste en que no puede negociar la celebración de un referendo en la región porque es incompatible con la Constitución.

Carles Puigdemont

Experiodista de 54 años, el presidente catalán milita por la independencia desde su juventud.

Fue propulsado a la presidencia de la región a comienzos de 2016, cuando la CUP, partido de extrema izquierda cuyo apoyo necesita en la cámara regional, exigió la partida de su predecesor Artur Mas, al que culpaba de las políticas de austeridad aplicadas durante la crisis.

Puigdemont no ha dado signos de haber renunciado a su determinación a declarar la independencia, pese a las presiones de empresas y el Estado español.

Actualmente, es objeto de una investigación por 'desobediencia', 'prevaricación' y 'malversación de caudales públicos' por la organización del referéndum.

Soraya Sáenz de Santamaría

Vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santa María, de 46 años, es la mano derecha de Rajoy, que le confió la delicada cartera de Administraciones Territoriales.

Impulsó una 'operación diálogo' con los independentistas, que sin embargo no dio fruto. El gobierno ha prometido inversiones por 4.200 millones de euros en Cataluña de aquí a 2020, un monto considerado insuficiente y tardío, en una región que reclama más poderes y más dinero para sus infraestructuras.

Oriol Junqueras

A sus 48 años, es el líder del partido independentista de izquierda Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que desde 1931 reclama la independencia.

Diputado europeo de 2009 a 2011, es desde enero de 2016 el vicepresidente del gobierno catalán de Puigdemont.

Este profesor de historia en la Universidad de Barcelona está siendo también investigado por 'desobediencia', 'prevaricación' y 'malversación de caudales públicos', por la organización del referendo prohibido del 1 de octubre.

Carme Forcadell

La que durante años liderara las manifestaciones multitudinarias por la independencia de Cataluña es presidenta del parlamento regional catalán desde octubre de 2015. En él, los partidos separatistas son mayoritarios en escaños pero no en votos (47,6%). Procede de ERC.

Fue muy criticada este mes cuando la cámara hizo adoptar por el procedimiento de urgencia y sin debate de fondo dos leyes rápidamente suspendidas por el Tribunal Constitucional y encaminadas a permitir el referéndum.

Está siendo igualmente investigada por 'desobediencia', 'prevaricación' y 'malversación de caudales públicos', y no dudó en manifestarse el 22 de septiembre en Barcelona ante un tribunal donde comparecían funcionarios detenidos por su papel en la organización de la consulta.

Ada Colau

Esta activista social de 43 años no había hecho nunca política antes de ser elegida alcaldesa de Barcelona en 2015. Se dio a conocer como portavoz de una plataforma contra los desahucios en plena crisis económica en España.

Asegura que nunca ha sido independentista, pero dio permiso para que el gobierno catalán abriera colegios electorales en Barcelona el pasado domingo, y reclama ahora diálogo a ambas partes.

Su partido Catalunya en Comú llamó a participar en la consulta prohibida del 1 de octubre, aunque sin dar consigna de voto, y se opone a una declaración unilateral de independencia que, aseguran, nadie les reconocería.