Con emotivos discursos y flores blancas, el presidente de Argentina y el alcalde de Nueva York rindieron homenaje a los cinco argentinos que murieron arrollados en una ciclovía de Manhattan por una camioneta, en un atentado el martes pasado.
'Los argentinos hacemos un culto de la amistad, querido intendente, y ellos estaban acá festejando 30 años de recibirse en el mismo colegio, de compartir vidas, de compartir sueños', dijo el presidente Mauricio Macri, en la ciclovía de Tribeca donde un uzbeko de 29 años atropelló con su camioneta alquilada a una veintena de ciclistas y peatones en nombre del grupo yihadista Estado Islámico.
Entre ellos estaba un grupo de 10 amigos de Rosario, 300 km al norte de Buenos Aires, que celebraban su graduación de la secundaria hace tres décadas.
Cinco murieron, uno permanece internado en Nueva York y otros cuatro salieron ilesos tras ser testigos directos del ataque. Doce personas fueron heridas en total.
'Lamentablemente cinco familias se han quedado destrozadas' tras un 'ataque cobarde', afirmó Macri.
'Pero esta tragedia debe unirnos más, hacer confirmar y resaltar nuestra convicción por la paz' y reforzar la cooperación internacional en materia de terrorismo, señaló el mandatario, que inició una visita de tres días a Nueva York destinada asimismo a buscar inversiones.
Macri y su esposa, Juliana Awada, depositaron un ramo de flores blancas sobre el murito de piedras de la ciclovía, al igual que el alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, y su esposa.
De Blasio aseguró que los argentinos fallecidos 'serán recordados para siempre como neoyorquinos', al igual que la belga de 31 años, madre de dos niños pequeños, que también murió en el ataque. Las otras dos víctimas eran estadounidenses.