El jefe de Hezbolá acusó el viernes a Arabia Saudita de tener 'detenido' al primer ministro libanés Saad Hariri, que anunció su dimisión la semana pasada, y de haberle pedido a Israel, archienemigo del movimiento chiita, que ataque Líbano.
La repentina dimisión de Saad Hariri, anunciada el 4 de noviembre desde Riad, sorprendió a la clase política de Líbano, donde han surgido dudas sobre la libertad de movimiento del jefe de Gobierno.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, instó ayer 'a todas las partes, dentro y fuera de Líbano, a no usar a Líbano como campo de un conflicto de intereses'. El secretario general de la ONU, por su parte, dio cuenta de su 'gran preocupación'.
El caso fue percibido rápidamente como un nuevo diferendo entre Arabia Saudita, sunita, importante apoyo de Hariri, e Irán, chiita, gran aliado de Hezbolá.
Ambas potencias de Oriente Medio ya están enfrentadas en varios asuntos regionales, especialmente en las guerras de Yemen y Siria.
El presidente libanés, Michel Aoun, todavía no ha aceptado la dimisión de Hariri, asegurando esperar a reunirse con él para poder hablar.
Pero la vuelta a Líbano del primer ministro todavía se hace esperar.
‘Arresto domiciliario’. 'El jefe de gobierno libanés está detenido en Arabia Saudita, por el momento no se le permite volver a Líbano', declaró el viernes el jefe de Hezbolá, Hasan Nasralá, en un discurso televisado.
'Lo han puesto en arresto domiciliario', aseguró, instando a Riad a 'liberarlo'.
El líder de Hezbolá aseguró que los sauditas habían 'obligado' a Hariri, que también posee la nacionalidad saudita, a presentar su dimisión y a 'leer un texto escrito por ellos'.
El primer ministro libanés comunicó su renuncia en un discurso difundido por el canal de noticias Al Arabiya, en el que denunció el 'control' que ejercen Irán y su aliado Hezbolá en Líbano.
El anuncio del primer ministro hace temer que su país, donde persiste un frágil equilibrio entre comunidades, vuelva a entrar en una espiral de violencia.
Líbano ya sufrió una guerra civil entre 1975 y 1990, y un conflicto con su vecino Israel, en 2006.
'Lo más peligroso es que se está incitando a Israel a atacar a Líbano', denunció además Nasralá. 'Hablo de informaciones que aseguran que Arabia Saudita pidió a Israel atacar a Líbano'.
'En la actualidad somos más fuertes', agregó, advirtiendo a Israel contra 'un mal cálculo (estratégico)'.
Según sus detractores, Hezbolá, el único movimiento que no entregó las armas después de la guerra civil libanesa, tiene una fuerte influencia en los asuntos del Estado libanés y su arsenal es una de las principales fuentes de discordia en el país.
‘Inaceptable’
El viernes, el presidente Aoun también expresó su 'preocupación' respecto a la suerte de Hariri, asegurando en una reunión con el encargado de negocios saudita en Beirut que la forma en que se había efectuado su dimisión era 'inaceptable'.
Michel Aoun ha multiplicado sus contactos diplomáticos en los últimos días para encontrar una solución a la crisis.
Las cancillerías occidentales pidieron calma, temiendo que la situación degenere en violencia.
Por su parte, Rex Tillerson aseguró que no tenía 'ninguna indicación' que apuntara que Hariri estaría siendo retenido contra su voluntad en Riad. El jefe de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que había multiplicado los 'contactos' para evitar una 'escalada con consecuencias trágicas'.