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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó el martes que planea trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén, a pesar de las advertencias de líderes mundiales sobre los riesgos de provocar malestar en Medio Oriente y perjudicar los esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos.

La Casa Blanca informó ayer que Trump hará un pronunciamiento formal hoy sobre el estatuto de Jerusalén, en medio a una intensa oleada de reacciones críticas al controvertido gesto político.

En medio de una ronda de diplomacia telefónica, Trump dijo al líder palestino Mahmud Abas y al rey jordano Abdalá II que el proyecto profundamente controvertido, que conlleva el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel, seguía en marcha, aunque no fijó una fecha para ello.

El estatuto de Jerusalén es un asunto clave en el conflicto palestino-israelí, y ambas partes reivindican la ciudad como su capital.

Las advertencias se multiplicaron el martes, entre otras la del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien señaló a Trump que el estatuto de Jerusalén es una 'línea roja para los musulmanes' y amenazó con cortar los lazos diplomáticos de Turquía con Israel.

Funcionarios estadounidenses dijeron que Trump no planea trasladar por ahora la embajada a Jerusalén, una gran promesa de campaña que su gobierno ya pospuso una vez en junio.

Proceso de paz

Trump ha dicho que quiere relanzar las congeladas conversaciones de paz entre Israel y los palestinos en busca de un 'acuerdo definitivo', pero su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel podría destruir tal esfuerzo, advirtió un funcionario palestino.

'Ya no aceptaremos la mediación de Estados Unidos, no aceptaremos la mediación de Trump. Será el final del papel desempeñado por los estadounidenses en ese proceso', dijo Nabil Chaath, un alto consejero del presidente palestino, Mahmud Abas.

La presidencia palestina dijo que Trump informó a Abas sobre 'su intención de transferir la embajada de Estados Unidos' en Israel, durante una conversación telefónica entre ambos dirigentes.

Durante este diálogo Abas advirtió a Trump de las 'peligrosas consecuencias de tal decisión sobre el proceso de paz, la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo', añadió la Autoridad Palestina en un comunicado.

Abas reafirmó su 'posición firme sobre que no puede haber Estado palestino sin Jerusalén Este como capital, conforme a las resoluciones y a la ley internacionales y a la iniciativa de paz árabe', dijo el texto.

En tanto el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erakat, señaló que el cambio de la embajada estadounidense a Jerusalén provocará un desastre.

A su vez, el palacio real de Jordania emitió una nota donde advirtió sombre medidas 'de graves consecuencias'. Para el grupo palestino Hamas, la modificación del estatuto de Jerusalén traspasa 'todas las líneas rojas' y abre las puertas a 'una peligrosa escalada' de violencia.

La Liga Árabe llamó a Washington a reconsiderar su decisión, mientras Arabia Saudita, un aliado de Estados Unidos en la región, expresó su 'seria y profunda preocupación' por el eventual traslado.

Por su lado, el presidente francés Emmanuel Macron advirtió a Trump que el estatuto de Jerusalén debe ser decidido 'en el marco de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos'.

Israel ve una 'oportunidad histórica'

En medio de desacuerdos internos en la Casa Blanca, varios funcionarios estadounidenses no han podido precisar qué decidirá finalmente Trump.

El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, instó al presidente estadounidense a aprovechar esta 'oportunidad histórica'.

Todas las embajadas extranjeras en Israel están localizadas en Tel Aviv, con representaciones consulares en Jerusalén.