Grupos armados y cazadores furtivos ejercen una 'enorme presión' sobre las especies salvajes, especialmente elefantes, en las zonas protegidas de África central, aprovechando la inestabilidfad que reina en la región, revela un estudio publicado este viernes.
Según este informe de la ONG Traffic, que se centra en tres parques nacionales en los confines de la República Democrática de Congo (RDC) y de la República Centroafricana (RCA), la 'caza furtiva está extendida en toda la región y sus principales autores son grupos armados no estatales, actores estatales, ganaderos armados y cazadores furtivos independientes'.
Estos actores, en especial el 'Ejército de Resistencia del Señor' (LRA), ejercen una 'enorme presión sobre las poblaciones de especies salvajes en estas zonas protegidas', los parques de la Garamba y Bili, en el norte de la RDC, y en la reserva de Chinko, en el sudeste de la RCA.
Los grupos armados 'atacan particularmente a los grandes mamíferos, especialmente los bongos (gran antílope, ndlr), búfalos, elefantes e hipopótamos' explica el estudio, llevado a cabo en 90 localidades de la región.
'La corrupción en la región constituye un gran obstáculo para la aplicación de las leyes' pues 'las autoridades nacionales, incluidas las FARDC (ejército congoleño) están implicados directamente en la caza furtiva o han facilitado la caza furtiva y el tráfico', agrega la ONG.
Las informaciones indican no obstante que 'la caza furtiva por soldados de las FARDC ha disminuido estos últimos años gracias a una colaboración más estrecha con las autoridades de los parques', añade el estudio.