Estados Unidos mantendrá sus canales de comunicación abiertos con Corea del Norte, pero sigue presionando a Pyongyang para que detenga sus pruebas nucleares y de misiles, señaló este viernes el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.
Hablando ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Tillerson afirmó que 'tiene que producirse un cese sustancial del comportamiento amenazador de Corea del Norte antes de que comiencen las conversaciones' con Pyongyang.
Por su parte, el presidente estadounidense Donald Trump criticó a Rusia este viernes por no estar haciendo lo suficiente para presionar a Corea del Norte para que detenga su programa de armas nucleares.
'China está ayudando, Rusia no está ayudando. Nos gustaría tener la ayuda de Rusia', dijo Trump a periodistas en el exterior de la Casa Blanca.
Trump señaló que había hablado el jueves por teléfono con el presidente ruso Vladimir Putin sobre el asunto norcoreano.
'Dijo cosas buenas sobre lo que he hecho por el país en términos de economía, pero también dijo algunas cosas negativas sobre lo que está pasando en otros sitios', indicó.
'Pero el punto principal fue hablar sobre Corea del Norte, porque nos hubiera gustado tener su ayuda en Corea del Norte', agregó.
ONU pide 'canales de comunicacion reforzados'
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a las partes involucradas en la crisis norcoreana la apertura de 'canales de comunicación reforzados' para alcanzar una solución política, en una reunión del Consejo de Seguridad.
Guterres afirmó ante el Consejo sentirse 'muy preocupado por el riesgo de confrontación militar' en la península norcoreana, y denunció que este año se habían efectuado varias pruebas de misiles 'sin notificación de seguridad marítima y aérea previa'.
'Es hora de restablecer canales de comunicación reforzados, incluido entre coreanos y militares', señaló.
Uno de sus adjuntos, el estadounidense Jeffrey Feltman, encargado de Asuntos Políticos de la ONU, acaba de efectuar una visita de cinco días a Pyongyang.
Guterres recordó su disponibilidad para actuar de mediador en la crisis, considerada hoy en día la más peligrosa del mundo.