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El Congreso de Perú debatía este jueves la moción de destituir al presidente Pedro Pablo Kuczynski, luego de que éste presentara sus descargos y pidiera no ser cesado para evitar perjudicar al país.

'El daño no me lo harán a mí, se lo harán al Perú', dijo el mandatario de centro-derecha al cerrar su defensa ante el plenario del Congreso, luego de la exposición de su abogado, Alberto Morea.

'Está en sus manos salvar la democracia o hundirla mucho tiempo', afirmó Kuczynski, agregando: 'Soy un hombre honesto, jamás he recibido un soborno, una coima o una prebenda. Ni mi empresa ni yo hemos contratado con el Estado peruano. Jamás incurrí en conflicto de intereses'.

Tras dos horas y veinte minutos de exposición del presidente y de su abogado, ambos se retiraron del Congreso hacia el mediodía y los 109 legisladores presentes, de un total de 130, iniciaron el debate previo a la votación sobre la vacancia presidencial.

El primero en tomar la palabra en el debate fue el izquierdista Wilbert Rozas, quien afirmó que tanto el presidente como su abogado 'no han aclarado nada'.

Luego intervino el fujimorista Miguel Torres, que llamó a votar por la destitución de Kuczynski, para lo que se necesitan 87 votos en el Congreso unicameral.

Dominado por la oposición fujimorista, el Congreso busca destituir a Kuczynski por 'permanente incapacidad moral', días después de que Odebrecht revelara que pagó casi cinco millones de dólares a empresas ligadas a él.

'Vengo a demostrar mi inocencia porque al parecer a eso es lo que se me obliga. No gozo de la presunción de inocencia, muchos de aquí han presentado su posición sin escucharme', dijo el mandatario de 79 años al iniciar sus defensa ante el plenario.

'No soy corrupto y no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa, siempre he actuado de acuerdo a ley y a la ética profesional', indicó el presidente, agregando que mientras era ministro la empresa de su propiedad que prestó asesorías a Odebrecht era gestionada por su exsocio, el chileno Gerardo Sepúlveda.

Su abogado expresó que en 'la práctica estamos ante un golpe de Estado', si el Congreso destituye al presidente.

A menos que ocurra un milagro, los analistas anticipan que Kuczynski se convertirá en el primer presidente en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en el pago de sobornos en varios países de América Latina para conseguir millonarios contratos de obras públicas.

Sin embargo, de manera reservada el gobierno realizó en los últimos días esfuerzos para tratar de convencer a legisladores opositores de que voten contra la 'vacancia' presidencial.

'Parece que en las últimas horas han conseguido convencer a algunos congresistas izquierdistas (...). Hace tres días, diría que la suerte del presidente estaba definida. Ahora no estoy tan seguro', declaró a la AFP un funcionario de confianza del presidente que pidió no ser identificado.

El mandatario había negado desde antes de asumir el mando, el 28 de julio de 2016, que tuviese vínculos con Odebrecht, hasta que fue desmentido por la propia empresa. Ante el Congreso, el presidente afirmó que mientras era ministro no tenía comunicación con su socio para evitar conflictos de intereses.

Hace ocho días este escándalo de corrupción se cobró otra prominente víctima en el vecino Ecuador: el vicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de cárcel por recibir sobornos.

'Que se vayan todos los corruptos'

La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció que enviará una misión a Lima a observar el proceso de destitución de Kuczynski.

Si Kuczynski es removido de su cargo, el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, debe asumir el mando por el resto del periodo, que culmina el 28 de julio de 2021.

Ingeniero, de 54 años, Vizcarra servía como embajador en Canadá y regresó apresuradamente a Perú ante la agudización de la crisis política. Kuczynski dijo que ninguno de sus dos vicepresidentes aceptaría asumir el mando. En ese caso tendría que asumir el presidente del Congreso, Luis Galarreta, al que correspondería entonces convocar elecciones anticipadas.

El partido fujimorista, Fuerza Popular, ha mantenido contra las cuerdas a Kuczynski desde que comenzó su mandato. Pero el fantasma de Odebrecht también persigue a Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, quien es investigada por supuestos pagos recibidos de la empresa.

En una muestra de la desconfianza hacia los políticos en general, miles de peruanos marcharon el miércoles para exigir 'que se vayan todos los corruptos'.

'Marchamos contra los corruptos de Odebrecht', dijo Rosa Chávez, una estudiante de la Universidad de San Marcos.

Odebrecht admitió haber pagado 29 millones de dólares en sobornos en Perú entre 2004 y 2015, periodo que abarcó los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), en el que Kuczynski fue ministro; Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).

Humala permanece en prisión preventiva, acusado de recibir tres millones de dólares para su campaña electoral de 2011, mientras que contra Toledo pesa una orden de extradición desde Estados Unidos por recibir presuntamente 20 millones de dólares en sobornos para conceder a Odebrecht la construcción de una carretera.