¿Qué se puede hacer con 92 gallos de combate confiscados durante una redada policial? Los policías de Camboya lo tienen claro: se sacrificó a los animales e hicieron un festín con ellos.
Los gallos pertenecían a Thai Phany, sobrino político del inamovible primer ministro del país, Hun Sen, y fueron confiscados a principios de diciembre en las provincias de Kandal y Takeo.
Thai Phany, sospechoso de dirigir los pequeños ruedos en los que se organizan las apuestas durante las peleas, fue acusado de esta práctica ilegal.
Pero lo que impactó en el país fue el destino de los gallos. 'El miércoles dimos los gallos a nuestros policías para que se los coman', explicó a la AFP Roeun Nara, adjunto al jefe de la policía de la provincia de Kandal.
Numerosos camboyanos expresaron su indignación, al considerar que los animales recibieron una pena más dura que sus propietarios.
'¡Órdenes para matar a los pollos! ¿Y dónde están los propietarios, están libres?', escribió Hing Soksan en Facebook, donde este jueves circulaban numerosas fotos de la masacre de los 92 gallos.
Las pocas personas detenidas en la redada policial fueron puestas en libertad después, tras recibir pequeñas multas.
'Hazaña de la corte para este final del año 2017: condenar a muerte a 92 gallos de pelea', ironizaba otro usuario de Facebook.
La justicia camboyana es acusada a menudo de corrupción y laxismo con los altos dirigentes del país.
Las peleas de gallos son frecuentes en Camboya y en otros países del sudeste asiático, pero las apuestas están prohibidas en la mayoría de los casos.