El gobierno de Venezuela extendió el cierre aéreo y marítimo hacia las islas caribeñas de Aruba, Curazao y Bonaire, por tiempo indefinido, argumentando que la medida es necesaria para frenar mafias de contrabando.
'El presidente Nicolás Maduro ha extendido la suspensión de todo tipo de tráfico aéreo y marítimo; así como cualquier intercambio comercial con Aruba, Curazao y Bonaire', informó este martes el vicepresidente Tareck El Aissami en su cuenta de Twitter.
La orden presidencial, que había entrado en vigencia el 5 de enero por 72 horas, se mantendrá 'hasta tanto no se realice la reunión de alto nivel con las autoridades de estas islas', recalcó El Aissami.
El pasado 19 de diciembre, el mandatario adelantó que tomaría esa decisión porque 'mafias' se llevan 'el aceite, los cauchos (llantas), el champú, la comida', hacia el Caribe y las ciudades fronterizas colombianas de Maicao y Cúcuta.
El primer ministro de Curazao, Eugene Rhuggenaath, dijo a medios locales que se trata de una medida 'lamentable'.
El gobernante socialista atribuye la escasez de alimentos y medicinas a la especulación de precios por parte de empresarios de 'derecha' y al contrabando de productos subsidiados.
Funcionarios venezolanos atribuyen los recurrentes cortes eléctricos, que afectan mayormente a estados del interior del país, al robo de cableados de cobre que luego son sacados de Venezuela por contrabandistas.
'No vamos a permitir más agresiones de estas organizaciones criminales, y exhortamos que se deje de lado la inacción que fomenta la impunidad', subrayó el vicepresidente.
En agosto de 2015, el jefe del Estado venezolano ordenó el cierre de la frontera con Colombia tras denunciar una emboscada a militares. Un año después fue reabierta al paso peatonal.
Además del desabastecimiento, la crisis venezolana se combina con una espiral hiperinflacionaria. Según el FMI,la inflación en Venezuela llegará a 2.350% en 2018, y estimó una caída del PIB de 12% en 2017 y de 6% para el próximo año.