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Los hechos políticos sucedidos en los últimos meses, en Cataluña, han puesto en la palestra política la importancia de los movimientos separatistas en el Viejo Continente. Con la declaratoria unilateral de independencia, por el presidente del parlamento catalán Carles Puigdemont, el 10 de octubre de 2017, se desempolvaron para la prensa los demás movimientos separatistas que desde hace siglos subsisten en Europa. ¿Cuáles son y qué poder tienen algunos de estos movimientos separatistas en el continente europeo.

Independentismo y separatismo: el primero ocurre cuando un territorio determinado es manejado a la distancia por una metrópoli. Este territorio no forma parte integral del Estado. Ejemplo: la relación colonial entre Puerto Rico y los EEUU. El movimiento político en la Isla del Encanto es independentista, no separatista. El segundo es un territorio determinado que forma parte integral de un Estado, el cual, por razones varias, quiere separarse. Ejemplo: Cataluña y el Estado español.

ESPAÑA: LA PUNTA DEL ICEBERG

El país ibérico es la cuna del separatismo continental. Además de Cataluña, históricamente en varias autonomías siempre han existido movimientos que aspiran a separarse del Estado español. El más conocido a nivel mundial es el grupo separatista vasco. Ha sido una lucha de décadas que en el siglo XX llegó a su extremo político; el terrorismo. Aquí encontramos a la tristemente célebre ETA, brazo armado del movimiento vasco por la separación. Últimamente, los separatistas vascos han optado por la lucha legal y política. En el país vasco vive un pueblo totalmente diferente del resto de España en sus raíces culturales, históricas e idioma. El territorio que habitan alcanza a tener presencia en Francia. Hay movimientos separatistas españoles menos conocidos como 'Somos Andaluces' en Andalucía; diferentes movimientos separatistas en Navarra; el Bloque Nacionalista Gallego, y Anova Irmandade Nacionalista en Galicia; y menos apoyo al separatismo en Valencia. Todos ellos pacíficos y con alguna representación en los parlamentos locales y en las Cortes de Madrid.

Bélgica: el separatismo belga tiene sus raíces en la historia misma de los Países Bajos. Como Estado, Bélgica fue una formación creada por los imperios del momento, que al concretarse como la vemos hoy, dejó en la bandeja política los problemas no resueltos que dan origen a sentimientos separatistas en las regiones de Flandes, Valonia y Bruselas. El separatismo es más fuerte en la región de Flandes protestante con sus fuertes nexos económicos y culturales con Holanda. Le sigue Valonia, católica, más cercana a Francia y donde es muy fuerte el deseo de ser parte de Francia de hacerse realidad la separación e independencia de Flandes de Bélgica. Consideran los valoneses que Bélgica dejaría de existir como Estado al momento de la secesión de Flandes.

ALLÁ, EN EL NORTE DE ITALIA

En Italia hay un fuerte sentimiento separatista en el norte industrial del país. La Liga Norte, una organización de derecha anti-inmigración ilegal, está formada por varias organizaciones separatistas de regiones del norte de Italia. En su principio secesionista, hoy día aboga por una Italia federalista, mayor autonomía fiscal de Roma, desarrollo de las regiones y menos apoyo al sur atrasado. En la región es una fuerza política con poder y sabemos que del autonomismo a la separación hay un solo paso. El territorio que defienden es la Padania, el valle del río Po, que incluye prácticamente la totalidad del norte italiano. Hay movimientos separatistas históricos en Sicilia y Cerdeña, islas en el mar Mediterráneo de Italia.

ALEMANIA Y FRANCIA

En Alemania las cosas tampoco están tranquilas. Baviera ha querido dirigir sus destinos independientemente, pero las circunstancias históricas no se lo han permitido. Bastión católico de una Alemania protestante, Baviera cuenta con un sentimiento popular de vida a solas, lejos de Berlín. Antes de la Primera Guerra Mundial y en el periodo de la posguerra hasta la asunción de Adolfo Hitler en 1933, el nacionalismo bávaro era una fuerza considerable en la política local y nacional. El nazismo lo borró del mapa político alemán. Actualmente el nacionalismo bávaro no cuenta con la fuerza política suficiente como para amenazar la estabilidad del estado alemán. En Francia, la isla de Córcega es territorio francés en el mar Mediterráneo. Allí encontramos el movimiento separatista de mayor arraigo en el país galo: el Pe a Corsica (Por Córcega), el cual reúne a todos los grupos por la separación. Cuenta con una mayoría respetable en la asamblea local, de hecho, presidida por el separatista corso Jean-Guy Talamoni. El noroeste, por su parte, cuenta con su movimiento separatista: los bretones, pueblo celta que por siglos ha ocupado ese territorio de Francia reivindica su derecho a manejar sus destinos autónomamente y lucha por la separación total de Francia y la unión con el resto de pueblos celtas como los galeses.

REINO UNIDO

En el Reino Unido es muy conocido el caso de Irlanda del Norte por su prolongada lucha militar en busca de la separación de Belfast frente a la monarquía británica. Hoy día el movimiento separatista norirlandés es un grupo político legal. En el Reino Unido también existen fuertes movimientos separatistas, en Escocia y en Gales. Escocia ha logrado, incluso, llevar a cabo un referéndum, pero el No a la separación ganó con un margen estrecho. Continúa vigente la lucha por la separación de Escocia de Londres, sobre todo, luego del triunfo del Brexit.