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El ejército turco lanzó este sábado una operación terrestre para expulsar a una milicia kurda del norte de Siria, desafiando las advertencias estadounidenses de que la acción podría desestabilizar la región.

Ankara había enviado en los últimos días cientos de soldados y decenas de vehículos militares a la zona fronteriza, como preparativo para una operación contra las Unidades de Protección Popular (YPG), una milicia kurda de Siria que Turquía considera una organización terrorista.

La nueva operación, bautizada 'Rama de Olivo', está dirigida contra las YPG y el grupo Estado Islámico (EI) y comenzó a las 14H00 GMT, anunció el ejército turco asegurando que respetaría la integridad territorial de Siria.

Horas antes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había anunciado el inicio 'de facto' de una operación terrestre.

Erdogan había prometido en varias ocasiones limpiar los 'nidos de terrorismo' en Siria, a pesar de las advertencias de que una operación podría complicar las relaciones con Washington y Moscú.

El ministerio ruso de Relaciones Exteriores dijo este sábado estar 'preocupado' por las informaciones sobre la operación y pidió 'retención', antes de que el Ministerio de Defensa anunciara la retirada de sus tropas en Afrin.

Turquía dijo que informaría al presidente sirio, Bashar al Asad, de la nueva ofensiva. 'Informamos a todas las partes de lo que estamos haciendo [...] Aunque no tengamos relaciones con el régimen [sirio] estamos dando pasos de conformidad con el derecho internacional', dijo el canciller turco, Mevlut Cavusoglu, a la televisión 24 TV.

- Columnas de humo -

Un corresponsal de AFP en el lado turco de la frontera vio dos aviones de guerra lanzar ataques en territorio sirio, provocando grandes columnas de humo.

El primer ministro turco, Binali Yildirim, cofirmó los bombardeos aéreos.

Unidades de rebeldes favorables a Turquía conocidas como el Ejército Libre Sirio (ELS), también empezaron a moverse hacia la zona de Afrin, según la agencia de prensa turca Anadolu.

Afrin 'será seguida por Manbij', dijo Erdogan en referencia a otra localidad siria dominada también por las YPG, más al este.

Ankara acusa a las YPG de ser el brazo sirio del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que lleva a cabo desde hace 30 años una rebelión armada en el sureste de Turquía, poblado mayoritariamente por kurdos.

No obstante, las YPG también son un aliado clave de Estados Unidos, socio de Turquía en la OTAN, en la guerra contra el grupo EI, y desempeñaron un importante papel en la expulsión de los yihadistas de sus principales bastiones en Siria.

El ministro adjunto de Relaciones Exteriores sirio, Fayçal Mekdad, había advertido el jueves que la aviación siria abatiría cualquier aparato militar turco que se adentrara en su espacio aéreo.

Los analistas consideran que para lanzar una gran ofensiva en Siria es necesario el aval de Rusia, que está militarmente presente en la región y mantiene buenas relaciones con las YPG.

El jefe del ejército turco, el general Hulusi Akar, y el de los servicios de inteligencia, Hakan Fridan, viajaron el jueves a Moscú para mantener reuniones.

'Turquía no lanzará una ofensiva terrestre y aérea total sin la bendición de Moscú', pronosticó Anthony Skinner, analista del gabinete de consultores de riesgo Verisk Maplecroft.

- Estabilidad regional -

Las amenazas de intervención turca habían provocado preocupación en Washington.

'No creemos que una operación militar [...] conduzca a la estabilidad regional, a la estabilidad en Siria ni al apaciguamiento de los temores de Turquía respecto a la seguridad de su frontera', advirtió el viernes un alto funcionario del Departamento de Estado.

Pero Erdogan acusó a Estados Unidos de no mantener sus promesas de que las YPG se irían de Manbij. 'Por eso nadie puede poner objeciones si hacemos lo que es necesario', dijo.

Erdogan reaccionó con ira esta semana ante el anuncio de la creación en el norte de Siria de una fuerza fronteriza de 30.000 efectivos, respaldada por Estados Unidos y compuesta en parte por combatientes de las YPG.

El secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson dijo después que 'toda la situación se había retratado y descrito mal', y admitió que le debían 'una explicación' a Turquía.

'No nos importa lo que digan', replicó Erdogan. 'Van a aprender lo malo que es confiar en una organización terrorista'.

Este sábado, unos 500 nuevos reclutas participaron junto a la ciudad de Hasaké (noreste de Siria) en una ceremonia para celebrar el fin de su formación para integrar dicha fuerza.

La mitad de sus combatientes proceden de las Fuerzas Democráticas Sirias, una alianza de combatientes kurdos y árabes aliada de Washington, y la otra mitad estará compuesta por nuevos reclutas árabes y kurdos.