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Las fuerzas armadas realizaron este viernes una impresionante operación en un complejo de favelas de la violenta zona oeste de Río de Janeiro, en espera de asumir formalmente el control de la lucha contra el crimen organizado en este estado brasileño.

Más de 3.200 militares, apoyados por blindados, junto a un número indeterminado de policías, controlaron los accesos y realizaron incursiones en las favelas de Vila Kennedy, Vila Aliança y Coreia, informó la Secretaría de Seguridad de Rio.

En una calle adyacente a Vila Aliança, sobre la mesa de un puesto de la Policía Militar (PM, que depende de la autoridad de cada Estado) varios agentes efectuaban el recuento del material decomisado: pistolas, cargadores, barras de marihuana prensada, bolsitas de cocaína, bolsas con otras drogas y dos barras de dinamita, comprobó la AFP.

Una persona de unos 45 años se hallaba esposada en el lugar.

Según el teniente Jansen, del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la PM, dos personas fueron arrestadas, una en el interior de Vila Kenendy y otra en un control de vehículos.

El oficial indicó que se registraron algunos tiroteos, que no dejaron muertos ni heridos.

La operación se produce exactamente una semana después de que el presidente Michel Temer decretara la intervención del área de seguridad de Rio, confiando a los militares la lucha contra el crimen organizado en un estado confrontado a una espiral de violencia desde el fin de los juegos Olímpicos de 2016.

El despliegue del viernes se dio sin embargo aún en el marco del operativo de Garantía de la Ley y el Orden (GLO), que desde julio del año pasado envió a 8.500 militares a Rio para apoyar a las fuerzas policiales.

La presencia de militares en tareas que no son solo de apoyo a la policía parece marcar ya sin embargo un cambio de modus operandi.

En una entrevista con Radio Bandeirantes, un periodista le preguntó a Temer: 'Hoy hubo una ocupación de comunidades de Rio de Janeiro por el ejército (...). ¿Entonces está probado que no se trata solo de logística?' A lo que el mandatario respondió: 'No es una ocupación. Se van a hacer inspecciones. Porque [al decir ] ocupación, parece como que se tomó el control de una favela'.